Londres, 19 sep (EFE).- El ex primer ministro John Major se sumó hoy a las protestas contra Boris Johnson por cerrar el Parlamento al acusarlo de no decir la verdad y de tener motivos políticos, para impedir que el Legislativo pudiera interferir en el “brexit”.
La opinión de Major fue presentada hoy en el Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial británica, que desde el martes examina dos recursos relacionados con el cierre de las sesiones legislativas -del 10 de septiembre hasta el 14 de octubre- dispuesto por Johnson tras el permiso formal de la reina Isabel II, la jefa de Estado.
El primer ministro, que llegó al poder el pasado julio tras la dimisión de Theresa May, justificó la medida con la necesidad de presentar una nueva agenda del Gobierno el 14 de octubre.
Las dos apelaciones sobre las que once jueces del Supremo deberán pronunciarse corresponden a dictámenes distintos sobre la legalidad del cierre, ya que uno -de la Corte de Apelaciones de Escocia- lo calificó de ilegal y el otro -del Tribunal Superior de Londres- no.
Major, una de las partes del recurso inglés, dio a conocer su posición contraria al bloqueo legislativo a través de su abogado, Edward Garnier, en el tercero y último día de las vistas judiciales.
Los once jueces del Supremo, en Londres, han escuchado los distintos alegatos de las partes, pero se espera que el fallo -que será por mayoría- se dé a conocer en los próximos días.
El Gobierno decidió apelar ante el Supremo después de que la corte escocesa diera la razón a una querella interpuesta por más de 70 políticos, entre ellos la líder del Partido Liberal Demócrata, Jo Swinson, y “The Good Law Project”, un grupo contrario al “brexit”.
El otro recurso, el de Inglaterra, fue presentado por la empresaria Ginna Miller, con el respaldo de Major, tras el dictamen del Superior a favor del Gobierno de Boris Johnson.
En la sesión de hoy, Garnier, en nombre del que fuera primer ministro conservador entre 1990 y 1997, explicó que no había razón para suspender las sesiones durante cinco semanas, “menos aún cinco semanas críticas en un periodo en el que el tiempo es esencial”, al referirse al proceso de salida del Reino Unido del club europeo.
Garnier dijo que, cuando el Parlamento queda cancelado durante “un periodo de tiempo crítico”, “no hay posibilidad de un control exhaustivo” de esa suspensión hasta que “el daño haya sido hecho”.
En sus argumentos ante la corte, Major consideró que la decisión de Johnson “estuvo motivada por un interés político para asegurar que no hubiera actividad en el Parlamento durante el periodo previo al Consejo europeo del 17 y 18 de octubre”.
La suspensión de las sesiones “priva al Parlamento de tener voz durante” las cinco semanas antes del “brexit” el 31 de octubre, denunció.
Además, el letrado recalcó que el Gobierno no ha manifestado con “claridad” las razones exactas de la medida.
“La suspensión es para impedir que el Parlamento ejerciera su derecho a no estar de acuerdo con el Gobierno y a legislar como mejor le pareciera”, agregó.
Antes de que el Parlamento quedase suspendido, los diputados consiguieron tramitar una ley que obliga a Johnson a solicitar una prórroga del “brexit” a la Unión Europea si no consigue un acuerdo el 19 de octubre, algo que el “premier” ha dejado claro que no hará.
En ese sentido, el abogado de Major dijo que, si el Parlamento estuviera en sesiones, hubiera posiblemente tomado algún tipo de medida legislativa para autorizar a que fuese otra persona, en vez del primer ministro, la que comunicase la prórroga a la UE.
El antiguo jefe del Gobierno entregó una declaración en la que manifestó su descontento con los pasos tomados por Johnson.
“He sido parte del Parlamento durante más de 20 años, tanto como diputado como ministro del Gobierno (…) y, por supuesto, he sido primer ministro durante casi siete años y estoy orgulloso de haber estado en la Cámara de los Comunes”, escribió Major.
“Siento una gran admiración por nuestro Parlamento y soy un ferviente defensor de sus derechos y obligaciones. No puedo quedarme con los brazos cruzados”, añadió. EFE