Según afirman van desde diferentes puntos del país a la Basílica de Higüey, en busca de que la Virgen de La Altagracia haga un milagro y toque los corazones de los feligreses para que extiendan una mano de ayuda a su pequeña o pequeño, inmóvil, postrado en una silla de ruedas.
Tal es el caso de Dora Ramona, quien tiene dos hijos de 20 años de edad con retardo para caminar y hablar, y quien pidió encarecidamente una mano amiga para la manutención de sus hijos.
“Yo tengo la fe de que Dios va hacer su obra con mis muchachitos porque esto no ha sido fácil para mi. Solo la virgen sabe lo que he pasado”, expresó la señora mientras pasaba sus manos por el rostro de sus vastagos.
Asimismo, Prisila Méndez, acudió a ese santuario junto con su hija de 23 años de edad y quien fue víctima de una mala práctica médica que le arrebataría la posibilidad de caminar, así como imposibilitarle su desarrollo general.
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La joven con dificultad puede emitir alguna palabra o expresar alguna idea de forma clara.
“Mira lo sana que se veía mi hija, así estaba antes de que le diagnosticaran una hernia en la columna y luego le hicieran ese daño por el que nadie pagó más que ella”, comentó la madre mientras mostraba una antigua foto de la joven.
Ambas mujeres ofrecieron sus número de teléfonos para cualquier “limosna” que algún ciudadano tocado por Dios les quiera otorgar.
Dora Ramona: 829-361-5508
Prisila Méndez: 829-998-8418
Pedigüeños también visitan la Basílica de Higüey
Los también llamados pedigüeños visitan el referido monumento religioso tanto para hacer sus promesas como para aprovechqr la visita de los feligreses y extenderle sus manos por una caridad.
En la explanada de la Basílica se observaron a cientos de ellos, tanto adultos como niños de todas las edades.
Algunos de estos suelen ser haitianos y recorren ese lugar acompañado de sus padres.