Autoridades de la provincia china de Hunan (centro) confirmaron hoy la muerte de 53 personas en el edificio de ocho plantas que se desplomó el pasado 29 de abril en la ciudad de Changsha, informaron medios estatales.
El inmueble era de construcción “propia” y nueve personas han sido arrestadas en relación con lo ocurrido, entre ellas el propietario del edificio, acusado de ignorar regulaciones sobre edificación y cometer otras infracciones.
Al menos diez personas sobrevivieron al derrumbe, entre ellos una mujer que fue rescatada tras sobrevivir seis días bajo los escombros.
Representantes municipales de Changsha anunciaron en una rueda de prensa que las tareas de rescate se dan por concluidas, según la agencia oficial de noticias Xinhua.
El “autoconstruido” inmueble de ocho plantas, en el que se habían llevado a cabo modificaciones a la estructura del bloque, contaba con tiendas, un restaurante, una cafetería, un hotel familiar y apartamentos.
El presidente chino, Xi Jinping, ordenó una investigación sobre los hechos y avanzó una campaña nacional de reducción de los riesgos que presentan los edificios de construcción propia.
De momento, la ciudad de Changsha ha iniciado una campaña masiva para evaluar la situación de este tipo de inmuebles, de los que ya ha inspeccionado más de 400.000 en los últimos días, dijo ayer el alcalde, Zheng Jianxin.
En los últimos años se han registrado varios derrumbes de edificios en China, como el que acabó con la vida de 29 personas en un hotel de la provincia suroriental de Fujian en marzo de 2020 u otro en una zona turística de Jiangsu (este) en el que murieron 17 personas en julio del año pasado.