Simone Biles, una de las más grandes atletas de los últimos tiempos y figura del equipo de gimnasia de Estados Unidos, se retiró al menos parcialmente de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en medio de una competencia para poder concentrarse en su salud mental. “Siento el peso del mundo sobre mis hombros”, dijo.
Poco antes del inicio de los Olímpicos, la tenista japonesa Naomi Osaka publicó un ensayo en primera persona sobre su lucha contra la depresión, que la llevó a retirarse del Abierto de Francia en mayo.
Colleen Quigley, corredora estadounidense de carreras de obstáculos de 3.000 metros, dijo en febrero haber descubierto los beneficios de tener una buena salud mental hace un año y medio.
Y el ex nadador Michael Phelps, el más exitoso en la historia de los Juegos Olímpicos, dijo en 2020 que le preocupaba la salud mental de los atletas luego de que el certamen en Tokio fuera pospuesto por la pandemia. “Este aplazamiento son aguas desconocidas. Nunca hemos visto esto antes. Fue la decisión correcta, pero me rompe el corazón pensar en los atletas”, dijo a NBC.
Los problemas de salud mental han afectado a los atletas de alto rendimiento desde hace mucho tiempo, pero en estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 la cuestión parece haber tomado otra visibilidad.
“Para saber si estos Juegos Olímpicos han tenido un efecto mayor en la salud mental de los atletas, hay que esperar que terminen”, dijo a CNN Juan Manuel Brindisi, psicólogo clínico de selecciones nacionales en la Asociación de Fútbol Argentina (AFA). “Sí hay que tener en cuenta una cosa importante: habrá que evaluar este año de encierro, de angustia, de metas estiradas, personas que no se pudieron retirar el año pasado y debieron posponerlo. Esto descompaginó la vida cotidiana, las familias, las parejas, y obviamente descompagina el deporte”, agregó.
Phelps, retirado en 2016 un récord de 28 medallas (23 de ellas de oro), había hablado previamente sobre sus luchas contra la depresión, diciendo que había considerado quitarse la vida y que esperaba poder ayudar a otros a luchar contra la enfermedad.
En la entrevista con NBC Sports, el exnadador aseguró que no le había sorprendido la decisión de aplazar la cita en Tokio, pero cree que se demoraron para hacerlo.
“No veía la forma de que todo funcionará. Hemos tenido problemas en el pasado, la calidad del aire en Beijing y el virus del Zika en Río, pero esto es más grande. No parecía algo que pudiera ser administrado o controlado. Simplemente no vi que los puntos se conectaran”, dijo.
“La salud mental en esto se está volviendo evidente”, le dijo a CNN la consultora en desempeño mental Dra. Tiffany Jones. “Los atletas obtienen una sensación natural al practicar deporte. Es el equivalente a inyectarse heroína por primera vez, por lo que no tener los elementos fisiológicos y psicológicos del deporte está creando problemas de salud mental”.
“No es lo mismo, pero les digo que competir es un músculo. Si no se usa, se atrofiará. Les digo que si no quieren competir, eso es un problema”, afirmó.
Mayor visibilidad
Pero más allá de los efectos de la pandemia de covid-19 y el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, los problemas de salud mental ya venían aquejando a los atletas de alto rendimiento.
“Por un lado, se está complejizando el deporte de alto rendimiento, que cada vez empieza más temprano, es cada vez más incómodo y exige siempre más. En los últimos 10 años ha cambiado prácticamente en todos los deportes, todo es mucho más competitivo y hay más obligaciones, más sponsors. Estar ahí es complicado”, dijo Brindisi.
Para el psicólogo especializado en deportistas, también existe actualmente mucha más visibilidad para el problema. “Cuando hay atletas de tanto renombre que dicen ‘esto no lo pude aguantar’, hay cada vez más voces muestran la necesidad de incorporar psicólogas y psicólogos para mejorar el rendimiento y tratar la subjetividad, especialmente en cuanto al fracaso, algo inherente al deporte, que cada vez se ve peor”.
Recordando la frase de Biles con respecto a “sentir el peso del mundo”, Brindisi recordó que se trata de una figura de la mitología griega: “Atlas tiene el peso del mundo y siempre está encorvado, es una maldición. Muy pocos deportistas pueden rendir con el peso del mundo sobre sus hombros”.
FUENTE: CNN