La fiebre porcina africana es una enfermedad conocida por los granjeros dominicanos, no le es extraña, porque estuvo en el país 1979, tiempo en el que hubo de eliminarse una amplia población del tipo de animal. 42 años después se manejan mucho mejor los protocolos recomendados para combatirla.
En esta ocasión (por lo menos así se ha dicho) está el elemento de que apenas se han detectado pequeños focos del mal en traspatio, y no en granjas formales extendidas, ni comerciales, una de ellas cercana a la frontera con Haití, lo que haría más fácil establecer controles de rigor. Por lo menos así indican los reportes obtenidos de fuentes oficiales y de porcicultores consultados por elCaribe.
La Organización Mundial de Sanidad Animal define la peste porcina africana como una enfermedad hemorrágica que afecta a cerdos domésticos y silvestres, pero deja claro que no afecta la salud de las personas, no se contagia a humanos, aunque hayan consumido la carne.
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“Lo que debemos dejar claro es que no se trata de nada para que la sociedad dominicana entre en pánico, ni en alarma, porque apenas estamos hablando de que hay dos focos. Es una enfermedad propia de los cerdos y no hay posibilidad de que eso se traspase a humanos. Ni siquiera en los países más avanzados se prohíbe el consumo de cerdo en esta condición”, aseguró el director ejecutivo de Asociación Dominicana de Granjas Porcinas (Adogranja), Pedro Porrello, en conversación telefónica.
“A lo que le hace daño la enfermedad es al animal, porque lo afecta, pero al humano no hay manera de que le provoque ningún problema”, insistió.
La puntualización de Porrello tiene un fin: busca evitar que por informaciones incorrectas, emitidas especialmente por personas y sectores sin conocimiento del tema, se pueda afectar una industria que en el caso dominicano reviste de gran importancia. “Un mal manejo del tema sería mucho peor que los pequeños focos que se están atendiendo”, advirtió.
“Y no se trata de que se oculte la información; estamos apelando a que no se emitan informaciones incorrectas y sin fundamento”, expuso.
Dijo que los protocolos internacionales mandan que, “frente a la aparición de la fiebre, o algún brote de ella, se acorralen los animales y no se permita que salgan del lugar donde se enfermaron; se eliminan esos animales y se compensa al productor para que no haya posibilidad de que se siga extendiendo la fiebre. No tenemos pánico, ni nada de eso”, sostuvo, poco antes (según informó) de entrar a una reunión con el ministro de Agricultura, Limber Cruz, y representante de otras organizaciones del ramo.
“En el caso de esos animales traspatio que se detectaron, son animales que no llegan al mercado nacional, no llegan a los puntos de ventas. Por tanto, no debe la gente tener temor de consumir cerdo. Esos cerdos no llegan a los supermercados, ni llegan a ningún lado. Los animales se eliminan y el foco queda eliminado. Estamos tomando medidas para preservar y evitar la posibilidad de una extensión en el país. Es la manera como se transmiten las noticias lo que finalmente podría hacer más daño. Más daño que la propia fiebre africana. Hay que ser cuidadoso al emitir opiniones”, advirtió Porrello.
El jueves, el Ministerio de Agricultura dominicano informó que los resultados de las 389 muestras pertenecientes a cerdos criados en granjas y a los de crianza de traspatio enviadas al laboratorio AL Centro de Enfermedad Animal Plum Island, de los Estados Unidos, indican la presencia de la fiebre porcina africana en una reducida población de cerdos de crianza en traspatio de las provincias Sánchez Ramírez y Montecristi.
El Ministerio, a través de la Dirección de Sanidad Animal, dispuso medidas de carácter preventivo como la prohibición de la movilización de cerdos vivos y matados desde y hacia las provincias Sánchez Ramírez y Montecristi; poner en cuarentena a ambas provincias; limpieza y desinfección de los lugares afectados con brigadas del Ministerio de Agricultura; levantamientos epidemiológicos periódicos en las provincias afectadas.
También dispuso control militar total en todos los puntos estratégicos de ambas provincias; campaña promocional para informar la prohibición de la movilización de cerdos vivos y matados.
De acuerdo con las cifras oficiales, los cerdos afectados de fiebre representan apenas una muy pequeña proporción, comparada con la población total de cerdos del país, que se estima entre 1.5 y 1.8 millones.
En los últimos años han surgido brotes importantes de fiebre porcina africana en más de sesenta países de casi todos los continentes.