Luego de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) recibir el registro de patente por el descubrimiento de la Molécula Koanolido A, los siguientes pasos, son los estudios preclínicos y es en esa fase que está el hallazgo de esa molécula con altos niveles anticancerígenos.
Así lo informó Quírico Castillo, investigador del Laboratorio de Química de la UASD, quien encabezó el estudio que dio como resultado este importante descubrimiento.
Explicó que en líneas celulares la molécula Koanolido A, que fue extraída de una planta de la Sierra de Bahoruco, al sur de país, probó ser positiva; aunque aclaró que no se ha probado ni en personas ni en animales. “Se probó en seis líneas celulares, dos de cáncer de mama, dos de cáncer de pulmón, una de cérvix (cuello uterino) y una de colon. En todas salió muy bien. Cinco de esas salieron mejor que dos medicamentos que se usan normalmente para tratar esas enfermedades”, señaló.
Agregó que con el estudio preclínico se busca saber cómo funciona la molécula en organismos vivos superiores, determinar cuál sería la dosis terapéutica máxima tolerada en posibles pacientes y conocer también su eficacia.
Luego de esto se pasaría a la fase clínica, que consiste en tratar a personas enfermas. “Es un proceso que nosotros estimamos que para que salga al mercado y nos lo certifique una de las agencias certificadoras, tomaría más o menos 10 años; siempre y cuando las cosas marchen de manera positiva”, afirmó Castillo a este diario.
El investigador indicó que en el Instituto de Química, una de las áreas está centrada en el estudio de productos naturales, y consiste en aislar moléculas e identificar las plantas y ver si se obtiene alguna que pueda combatir distintos tipos de enfermedades. “Estas sustancias son importantes porque pueden tratar varios tipos de enfermedades, entre ellas el cáncer; pero pueden ser también, antibióticas y antiinflamatorias, hacemos la prueba en cáncer porque es la segunda causa de muerte en el mundo”, dijo.
Por los buenos resultados, y ser una molécula nueva, la UASD a través de Quírico y su equipo, compuesto por cinco investigadores, obtuvieron la patente de la Oficina Nacional de Propiedad Intelectual (Onapi).