Hace año y medio tomó el camino de la venta de comida; inició el negocio con un pequeño capital que pudo ahorrar
Para Jonathan Reyes las madrugadas no están hechas solo para dormir. Desde las 5:00 ante meridiano está en pie, preparado para un día que a veces le resulta corto frente a todas las ocupaciones que le esperan.
Antes de salir el sol ha cortado varios tipos de ají, algunas cebollas y cilantro ancho; ha majado ajo y pimienta y ha dejado listo para cocer algunos trozos de carne. Es el propietario de la empresa The Patio JM Food Service y un emprendedor consagrado al trabajo.
Es el encargado de suplir de comida al personal de cinco empresas y un tipo visionario, de acuerdo con la definición que tienen algunos amigos de él. Lleva un año y seis meses dedicado a la actividad y está dispuesto a escalar mucho más. Antes de eso probó suerte durante tres meses y medio en Estados Unidos, pero optó por regresar a su tierra en República Dominicana, porque vio que la realidad en el extranjero es distinta a la que “le pintan” desde aquí.
Le gusta mucho jugar dominó y constantemente iba a hacerlo a un colmado en la zona donde reside. En ese lugar solía preparar algunas recetas para sus amigos, como sancocho y parrilladas. “Siempre inventaba algo para tener los amigos motivados a compartir. En una pensé que eso que yo hacía ahí lo podía hacer para dar sustento a mi familia. De ahí surge la idea del negocio, junto a mi cuñado Miguel Durán, que se involucró en la travesía”, le cuenta Jonathan al equipo de elCaribe que le visitó. Jonathan es “una ficha” conocida y un tipo sin complejos. Está ubicado en la calle 8, número 24, del sector Buena Vista Primera, Villa Mella, Santo Domingo Norte, y resulta fácil conseguirlo. Entre las empresas a las que suple figuran bancos, laboratorios clínicos, aseguradoras, un dealers o distribuidor de vehículos, una empresa de repuestos y una compañía financiera, ubicada en Los Mameyes, Santo Domingo Este. Las demás empresas-clientes están en Villa Mella.
Como otros emprendedores, Jonathan inició con un pequeño capital. “Eran apenas 15 mil pesos”, rememora. Ese dinero alcanzó para comprar algunos calderos y una que otra cosa necesaria. Luego, alguien cercano a él le prestó RD$100,000, con los que compró la estufa y parte de la mercancía para suplir el negocio. “Ahí arranqué con un saquito de arroz de 50 libras, que me alcanzaba para tres días. A la semana de empezar ya vendía un saco de los grandes”, recuerda. Le apasiona hablar del tema y no se empeña en esconderlo.
Pero Jonathan no está solo en The Patio JM Food Service. Su esposa María Falette es pieza clave del negocio. “La J y la M que uso en el nombre de la empresa son las iniciales mías y la del nombre de mi esposa”, explica con orgullo, respondiendo a una pregunta que se le formula. “Mi esposa es fundamental en este negocio; ella también es una emprendedora. Quise que ella se involucrara para que también pueda llevar las riendas de esto, porque mi profesión es la de camarógrafo y eso me toma bastante tiempo”, agrega. La conversación transcurre debajo de una mata de mango que tiene el patio de su casa. Mientras se dialoga, el fotorreportero Edward Roustand toma una que otra imagen de los procesos en la cocina. En esos procesos, además de Jonathan y María Falette, interviene la señora Alinson Figari y Gilberto Taveras, mejor conocido como Moca.
Jonathan tiene 37 años y cuatro hijos, pero aprendió temprano a trabajar. “Gracias a que comenzamos a las cinco a cocinar, a las 11:00 de la mañana ya estamos sacando las comidas a sus respectivos lugares. Tengo un delívery que se encarga de eso”, indica.
Cada día está vendiendo 70 platos; en los inicios apenas eran 30. El domingo Jonathan lo toma de descanso, pero no siempre fue así. “Antes trabajábamos de lunes a lunes y vivíamos agotados, mi esposa y yo. Ahora laboramos de lunes a sábado”, explica.
Como en todo negocio, para The Patio JM Food Service hay días buenos y menos buenos, pero Jonathan está acostumbrado a lidiar con las distintas situaciones que traen los tiempos, según dice.
Las buenas referencias le han ayudado bastante y cada día llegan más clientes por eso que la gente dice sobre él. “La principal garantía nuestra es la higiene. Esa parte yo no la negocio y siempre vivo encima de eso”, expresa, poco antes de ofrecer su teléfono de contacto, que es el 829-898-5805.
Junto a Zacarías Ferreira
En adición a las labores de la empresa, Jonathan trabaja en el Ministerio de Relaciones Exteriores. “Pero también soy productor de videoclip”, agrega, introduciendo un nuevo elemento al diálogo. Jonathan laboró por más de 12 años para el artista de bachata Zacarías Ferreira, de quien era encargado audiovisual. Actualmente trabaja con la empresa Micky Records, en la parte de audiovisual.