El ministro de Exteriores italiano, Luigi di Maio, advirtió hoy de que existe el riesgo de “una operación militar a gran escala” por parte de Rusia en Ucrania y anunció que no volverá a haber reuniones bilaterales con líderes rusos hasta que decaigan la tensiones actuales.
El presidente ruso, Vladimir Putin, “dijo que reconocía los peticiones de independencia de Donetsk y Lugansk (…) y esto amenaza con allanar el camino para una operación militar a gran escala por parte de Rusia en Ucrania “, explicó el jefe de la diplomacia italiana en el Senado para informar de la crisis.
Di Maio también afirmó que no volverá a haber reuniones bilaterales con los líderes rusos “mientras no haya signos de alivio de la tensión”, ya que se había anunciado, aunque sin fecha, una próxima reunión entre Putin y el primer ministro italiano, Mario Draghi.
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La comparecencia sirvió para que Di Maio reiterase la condena de Italia de “la decisión de Moscú de enviar un contingente de tropas con funciones autodenominadas de mantenimiento de la paz a los territorios de las dos repúblicas separatistas”.
Según Di Maio, se estima una presencia de entre 170.000 y 190.000 unidades del Ejército en las fronteras con Ucrania. “El tema que está sobre la mesa no puede limitarse a una mera disputa territorial, no solo está en juego el importante marco de seguridad europeo, sino nuestros propios valores fundamentales”, agregó.
“Reiteramos el apoyo de Italia a la integridad y plena soberanía territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas y llamamos a las partes a volver a la mesa de negociaciones en los formatos apropiados. Las iniciativas unilaterales alejan el logro de condiciones de estabilidad y seguridad en el área”, indicó.
Sobre las sanciones a Rusia, el ministro de Exteriores italiano anunció que “mayores medidas podrán ser adoptadas en caso de otras acciones por parte rusa” y que “para ser eficaces, las sanciones deben servir para frenar nuevas acciones militares y por tanto tienen que ser proporcionadas y graduales”.
Di Maio reconoció que los empresarios italianos con vínculos en Rusia ya han sufrido “fuertes pérdidas como consecuencia de las sanciones” y aseguró que el Gobierno trabajará “para contener al máximo el impacto en nuestros intereses estratégicos y económicos”.
“Conscientes de pagar un precio importante por la protección de valores y principios comunes no negociables, también somos conscientes del valor disuasorio de las medidas restrictivas destinadas a evitar que Rusia alimente aún más la tensión sobre el terreno. Esto supondría un precio aún mayor para todas las partes implicadas”, agregó.
Según Sace, una empresa del Ministerio de Economía para asegurar las inversiones italianas en el exterior, Rusia es el decimocuarto mercado de destino de las exportaciones italianas.
En 2021, las exportaciones italianas a Rusia ascendieron a 8.000 millones de euros, y el banco Intesa Sanpaolo tiene veintiocho sucursales en Rusia y posee activos por aproximadamente un valor de 1.000 millones.