Se trata de Ángeles de la Cultura que procura a través del arte la formación integral y funcional de niños, niñas y adolescentes, pertenecientes a sectores vulnerables de la población
Santo Domingo.- “Yo cuando vine a este programa solo tenía 9 años, pero en la disciplina en la que yo quería estar era de 15 en adelante, y yo le dije al profesor, ah pues yo se tocar más que él y él me dijo, entonces pruébalo. Yo comencé a tocar y el maestro dijo: este niño tiene talento, ¡y yo feliz!, es el relato de Carlos Enmanuel, estudiante de Banda Rítmica del programa del Despacho de la Primera Dama, Ángeles de la Cultura.
Se trata de una iniciativa de la primera dama Cándida Montilla de Medina que procuró la formación integral y funcional de niños, niñas y adolescentes, pertenecientes a sectores vulnerables de la población.
El programa, coordinado por Freddy Ginebra y Liusik Cuello, además de la actividad artística, hace énfasis en los valores tradicionales y universales y en los principios que son vitales para lograr que las personas sean formadas con dignidad. Anteriormente fue un pilar en la coordinación de este programa Catana Pérez, fallecida.
El “Ángel de la Cultura”, cuenta que en su paso por el programa ha visto gente importante que nunca me había imaginado conocer personalmente. “Un niño como yo en el Palacio de la Presidencia, eso sí que fue emocionante! Sábado tras sábado yo he ido aprendiendo más, estoy feliz con mis profesores, con los amigos y me siento muy conforme con la primera dama por su interés de llevar este programa a cada sitio de la República Dominicana”.
Carlos Enmanuel es uno de los 8,437 niños, niñas y adolescentes beneficiados de los barrios y municipios donde opera el programa Ángeles de la Cultura desde el año 2013. Los beneficios indirectos alcanzan a de 25,463 personas integrantes de las familias de proveniencia de los participantes.
Disciplinas artísticas
El Despacho de la Primera Dama promovió, durante siete años, el desarrollo y el crecimiento personal, colectivo, humano y social, a través de expresiones universales del arte y la cultura: danza, literatura, música, pintura, teatro/títeres, banda rítmica, reciclaje artístico y coro.
A través de estas disciplinas, los niños, niñas y adolescentes con edades de entre cinco y diecinueve años, desplegaron sus aptitudes, vocaciones y creatividad artística en un contexto pedagógico que favoreció por igual el crecimiento personal y el grupal.
Se ha demostrado que estas formaciones con arte y cultura ayudan a los participantes a mejorar su rendimiento escolar y la disciplina en los hogares, además de que les rescata de la exclusión social, en un aporte a las políticas públicas del Gobierno del presidente Danilo Medina.
Aquí está la gran oportunidad
En febrero de 2013, durante la puesta en marcha del programa, Montilla de Medina expresó que hay un gran potencial entre niños, niñas y adolescentes de los barrios y pueblos del país, capaces de vencer la pobreza material en base al fortalecimiento y desarrollo de la riqueza espiritual, que surge a través de las artes y la cultura.
“Aquí está la gran oportunidad, a través de la cual nuestros niños y niñas podrán canalizar sus inquietudes artísticas. La pongo en sus manos con todo el amor que puedo dar, y espero que la aprovechen al máximo y nos permitan llevarla por cada rincón de esta tierra bendita”, expuso emocionada la primera dama, en medio de intensos aplausos y caritas felices de cientos de niños.
Oportunidad para nutrir espíritu con las más bellas artes
La primera dama pidió a los integrantes de Ángeles de la Cultura, a quien se refirió como “mis queridos niños, niñas y jóvenes”, que vean este programa como una oportunidad para nutrir su espíritu con las más bellas artes, para hacer realidad sus sueños, y para superarse con el logro de grandes metas con su esfuerzo propio.
Niños que de la nada se han convertido en artistas
Ginebra define como impresionante ver que cada niño, una vez se instaura una academia de estas en los barrios, se transforma de alguna manera, algo sucede en sus vidas y a través de la cultura y lo que van aprendiendo ellos comienzan a crecer como seres humanos.
“Son niños que de la nada se han convertido en artistas y tú no te puedes imaginar la importancia que tiene eso, es como si la ventana de la esperanza se le abriera de par en par, como si esa cotidianidad absurda donde mucho de ellos viven, el sábado se convierte en un oasis y ahí los niños se sienten realizados y les ensenamos a pensar en el futuro”, expresó.
Un gran entusiasmo reinó en todas las escuelas de arte de este programa, ubicadas en centros escolares y comunitarios de la geografía nacional. Las clases se impartieron todos los sábados en escuelas y centros comunitarios, durante el calendario escolar del Ministerio de Educación.
Los cursos fueron impartidos por reconocidos profesionales del arte y la cultura, nacionales e internacionales, entre los que figuran Víctor Vidal, José Peletier, Adamilka victoria, Ivón Gómez, Erick y su grupo de danza, Raúl Sánchez. Deiby José Pérez Félix, Fernely Lebrón, Leila Pérez y Basilio Nova.
Actualmente cuenta con diez academias, seis de éstas en el gran Santo Domingo, dos en Santiago, una en Higüey y otra en San Juan de la Maguana.
Captar y hacer evolucionar el arte nato y emergente de niños de sectores marginados del país fue un sueño que, poco a poco, se fue convertido en realidad.
Me regalaron una gran oportunidad en mi vida
Katherine García, estudiante de danza, encontró ese apoyo incondicional que ha brindado el Despacho de la Primera Dama, a través de Ángeles de la Cultura, que es de presente, pero más que nada, de futuro.
“Llegue allá, a los Ángeles de la Cultura, el ballet me llamó mucho la atención porque yo desde chiquita decía que quería ser bailarina. En mi caso, me regalaron una gran oportunidad en mi vida. Yo deseo que a todos los niños que viven por allá, que le llene de orgullo, que se desenvuelvan, que den todo lo máximo de ellos, ya que llegarían muy lejos si lo intentan”.
Personas con propósito
Otro “Angelito” que no oculta su emoción, y lo confiesa es Anthony Gabriel Matos Rosario, integrante de la Banda Rítmica, quien narró cómo cambió su vida desde que se integró al programa de Ángeles de la Cultura.
“Esto ha representado algo muy importante, porque con eso he aprendido a diferenciarme del barrio, en lugares distintos, como el Teatro Nacional”.
Junto a su hermana Alaisa, quien también es un “Ángel de la Cultura”, Anthony manifestó orgullo de saber que en él se ha incubado la diferencia que existe entre una persona sin propósitos ni futuro y otra que ya los ha encontrado.
En Ángeles de la Cultura, no solo se aprende teatro
Se siente famoso, tras interpretar un personaje en una obra teatral, en la Sala Principal Carlos Piantini, del Teatro Nacional Eduardo Brito.
A Cristian Eusebio Rodríguez no lo ofende el sobrenombre que le han puesto. Al contrario, dice que ese mote le confirma que ha comenzado a cosechar popularidad con sus actuaciones en el teatro.
“Adiós Candelita. Te quedó bien el papel, Candelita…diantre, lo hiciste igualito”, son, entre otras, las expresiones de grandes y chicos que escucha el niño Cristian Eusebio Rodríguez cuando transita por las calles de La Zurza, cuyos residentes maravillados le confirman que les gusta sus actuaciones.
Candelita, lo narra sonriente: “En Ángeles de la Cultura, no solo se aprende teatro, también se aprende a ser disciplinado para triunfar”.
Los muchachos aprovechan su tiempo haciendo algo útil
Los padres también han expresado su satisfacción por los logros de sus hijos en sus respectivas disciplinas.
“Yo lo veo muy bien, porque los niños aprovechan este tiempo haciendo algo útil. Le exhorto a la primera dama que siga haciendo este trabajo, en beneficio de la juventud”, expuso Jean Carlos Rodríguez, padre de uno de los beneficiarios.
Agregó que en vez de estar aprendiendo cosas malas en los barrios, los muchachos, incluyendo el suyo, está aprovechando su tiempo haciendo algo útil para ellos y para la sociedad.
De igual manera, Nélsida Morillo, madre de otro integrante de “Ángeles de la Cultura”, aseguró que la labor psico-educativa-artística y cultural del Despacho de la Primera Dama es excelente y beneficia tanto a los padres como a los niños.
El Teatro Nacional Eduardo Brito, el Gran Teatro Regional del Cibao, el Palacio de Bellas Artes, Casa de Teatro, el Centro Cultural Narciso González, en Villa Juana; colegios, escuelas y liceos, fueron algunos de los escenarios donde jóvenes y niños exhibieron sus talentos artísticos.
Ángeles de la Cultura constituyó esa posibilidad de ofrecer a niños y jóvenes de los barrios la esperanza de que con amor, entrega, apoyo, dedicación y pasión, puedan lograr lo que se propongan. Este programa del Despacho de la Primera Dama los llenó de esperanza y aspiraciones.