La primera dama Martine Moise insiste en que el asesinado presidente de Haití fue traicionado y abandonado
Cap-Haitien, Haití.- Los haitianos dieron ayer el último adiós al malogrado presidente Jovenel Moise en su residencia familiar de la localidad de Madeline, a veinte minutos de Cabo Haitiano.
Los hechos se asemejaron a la expectativa y el guion, que parecía estar escrito, incluyó incidentes violentos en la crispada ciudad que ya en la víspera mostró conatos de desorden y protestas sin mayores consecuencias.
El cadáver de Moise, que fue llevado a la llamada Village SOS -propiedad de la familia paterna del exmandatario-, llegó a las siete y cuarenta minutos de la mañana. El féretro, que se mantuvo cerrado, permaneció custodiado por militares en guardia de honor y estaba ubicado bajo una carpa con colores rojo y blanco. Sobre el ataúd, un sacerdote que dio inicio a la ceremonia religiosa, dispuso la bandera de Haití.
El escenario mortuorio estaba listo para recibir aproximadamente a tres mil invitados especiales pero los aparentes vacíos en las principales tarimas dispuestas por el protocolo dejaron ver que muchos no pudieron llegar por los problemas reportados para arribar desde el interior del país o, sencillamente, prefirieron ausentarse. elCaribe supo que el expresidente haitiano y compañero de partido de Moise, Michell Martelly, abortó el viaje que tenía previsto hacer desde Puerto Príncipe hasta Cap Haitiene para participar en las honras.
Una estoica Martine Moise planta cara a los asesinos de su esposo
El emotivo funeral, comenzó poco después de la llegada de la primera dama Martine Moise quien volvió a aparecer como en la víspera flanqueada por guardaespaldas extranjeros fuertemente armados. Martine Moise de estricto luto, al igual que sus hijos, se sentaron a presenciar el acto que en algunos momentos fue interrumpido por gritos de “Justicia para Jovenel”.
La multitud que escuchaba atenta la ceremonia esperaba que la mujer que también resultó gravemente herida durante el atentado al presidente diera sus palabras. “Fuiste abandonado y traicionado. Tu asesinato expuso fealdad y cobardía. Fuiste brutalmente asesinado. Se ha conspirado contra ti. Te odiaban, te lanzaron veneno”, dijo visiblemente afectada. “Estamos aquí para decirte adiós, pero no estamos preparados para esto. Querías irte con las manos limpias y fuiste mutilado y salvajemente asesinado. Siempre me enseñaste el perdón, y te condenaron a morir como un bárbaro. ¿Qué crimen cometiste para merecer esto? Tu gran pecado fue amar a tu país, defender a los sin voz. Tus asesinos están en las calles, ni siquiera se esconden, ahora están mirándonos”. De las palabras de la ex primera dama y del hijo mayor del presidente quien también tomó la palabra, Joverlein Moise, se desprende que, según ellos, el asesinato se trató de una conspiración, de una traición de los “oligarcas” del país que rechazaban la lucha por los pobres que daba el hoy difunto.
Rechazo y violencia
Al homenaje asistieron distintas personalidades que despertaron emociones entre los presentes, entre ellos el jefe de la policía nacional haitiana, Leon Charles, a quien algunos presentes le cuestionaron por no evitar la muerte del mandatario el pasado 7 de julio en su casa de la capital. “¿Dónde estabas?”, le reclamó un hombre. “Te llamó. ¿Dónde estabas?”.
Medios internacionales reportaron que disparos que se escucharon afuera del funeral llevaron a la delegación estadounidense encabezada por la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas Greenfield, a interrumpir su visita. Una acción que repitió la representante especial de las Naciones Unidas en Haití, Helen La Lime. Ambas delegaciones salieron intempestivamente de la ciudad a bordo de un avión 737 del gobierno estadounidense. Algunos testigos aseguraron que la caravana en la que viajaba este personal diplomático fue agredida con piedras y disparos.
Cerca del mediodía, la vía que conducía al aeropuerto Hugo Chávez de Cabo Haitiano también fue bloqueada y en calles adyacentes se registraron nuevamente quema de neumáticos e incluso un incendio a una tienda de artículos del hogar que resultó posteriormente saqueada.
Hay 26 detenidos, entre ellos 18 colombianos
El presidente fue asesinado a tiros en su residencia en Puerto Príncipe en la madrugada del 7 de julio, en un ataque de un comando armado integrado por exmilitares colombianos que accedió a la vivienda presidencial sin hallar resistencia por parte de los guardias, que deberían haber protegido la vida del presidente.
Moise recibió doce impactos de bala durante el ataque que acabó con su vida el miércoles, según afirmó el juez de paz encargado del informe forense.
Por el momento, 26 personas han sido arrestadas, incluyendo 18 colombianos, en su mayoría militares retirados, así como 2 policías haitianos y 6 civiles, algunos de ellos con doble nacionalidad estadounidense.
Entre los detenidos está Christian Emmanuel Sanon, un médico haitiano residente en Estados Unidos y quien, según las autoridades haitianas, es el cerebro de la operación que acabó con la vida de Moise. Otros tres colombianos murieron en tiroteos con la Policía haitiana que tuvieron lugar en los dos días posteriores al crimen. Al menos 10 sospechosos están prófugos, entre ellos 5 colombianos y otros 5 haitianos, estos últimos acusados de participar en la planificación.
EE. UU., preocupado por la situación
El Gobierno de Estados Unidos expresó su “profunda preocupación” por la situación que se vive sobre el terreno en Haití y subrayó que seguirá ofreciendo al Gobierno del país ayuda en materia de seguridad, incluido el entrenamiento para su Policía para hacer frente a la violencia.
Así lo apuntó en un comunicado el asesor de Seguridad Nacional del Gobierno de Estados Unidos, Jake Sullivan, después de los incidentes ocurridos durante el funeral del presidente asesinado, Jovenel Moise. Según dijo Sullivan en el comunicado, la delegación del gobierno de Joe Biden que acudió al funeral se encuentra a salvo de vuelta en Estados Unidos.
El asesor de la Casa Blanca insistió en urgir a “todas las partes” a trabajar de manera pacífica y pidió a los líderes del país que reclamen a sus seguidores que se abstengan de recurrir a la violencia.
Explicó que la delegación estadounidense, encabezada por la embajadora Linda Thomas-Greenfield, se reunió con altos cargos del Gobierno haitiano para transmitirles ese mensaje. Estados Unidos, aseguró, seguirá prestando asistencia, incluido equipamiento y entrenamiento para la Policía y el Gobierno para que puedan hacer frente a los retos de seguridad.
Protestas deslucen despedida de Moise
Las protestas durante el funeral de Jovenel Moise a poca distancia del emplazamiento de las exequias deslucieron la ceremonia, celebrada en la residencia de la familia, en una finca cercana a Cap-Haitien, con la presencia de unas mil personas. Los más ilustres fueron recibidos de forma desigual por los presentes, siendo el más denostado el jefe de la Policía Nacional, Leon Charles, al que increparon duramente, llegando a llamarlo asesino, ya que muchos lo consideran cómplice del asesinato. Por el contrario, el líder opositor Moise Jean Charles fue recibido con aplausos al llegar escoltado por hombres fuertemente armados, al igual que muchos de los invitados, de modo que al frente de la tribuna de personalidades había más de una veintena de guardaespaldas pertrechados con armas automáticas.