“Una economía que te arroja estos números es una economía donde es muy difícil proyectar qué va a pasar de hoy a diciembre, y cualquier cambio con respecto a lo que estamos proyectando de aquí a diciembre puede tener cambios muy grandes en esta proyección”, explicó.
Durante la reunión primaveral que celebró en abril, el FMI había previsto que en 2018 Venezuela será la única nación del continente en rojo pese a la recuperación de los precios del petróleo, con una contracción estimada de 15% este año y una tasa de inflación que podría sobrepasar el 13.000%.
Al actualizar su proyección de abril, el Fondo ajustó este mes a la baja su pronóstico de crecimiento económico para América Latina y el Caribe para 2018 y 2019, debido principalmente a una reciente apreciación del dólar y a un incremento en los precios del petróleo.
El FMI estima que la economía regional podrá crecer a un ritmo de 1,6% este año y 2,6% el año próximo, una reducción de 0,4% y 0,2%, respectivamente, en comparación con la proyección que había emitido en abril.
Venezuela está sumida en una compleja crisis con una fuerte recesión, una galopante inflación y una creciente escasez de alimentos, medicinas y dinero en efectivo.