El pasado 01 de junio inició la temporada ciclónica 2020 con expectativas de desarrollar fenómenos naturales más fortalecidos debido a diversos factores, entre estos, el cambio climático. Sin embargo, a esto se le suma un elemento detonante para todas las actividades sociales, económicas y políticas, la expansión del COVID-19 (SARS-CoV-2), que presenta al menos seis cepas, con la característica principal de ser extremadamente contagioso.
No es un secreto para las autoridades gubernamentales y el sector empresarial las carencias en las que vive una parte de la población dominicana, además de las penurias a las que sobreviven durante el paso de un huracán o tormenta los sectores desfavorecidos, principalmente en el Gran Santo Domingo y zonas de la región Sur y Norte. Ante el paso de un acontecimiento de esta naturaleza la gran pregunta es, ¿están las autoridades en capacidad y logística óptimas para desarrollar un proceso de evacuación de barrios con cientos de personas respetando el protocolo sanitario pertinente para evitar una propagación del coronavirus? Asimismo, la organización de los albergues para damnificados con características sanitarias diferentes con relación a años anteriores, también la cantidad del personal capacitado con insumos médicos que evalúe inmediatamente a todos los ciudadanos para una clasificación oportuna de contagiados, y por ende, poseer un área habilitada para su posible aislamiento.
Esto debe ser prioridad para el Gobierno entrante, porque de estas acciones dependerá el desarrollo y sostenibilidad de la economía, también un calmante para el saturado sistema hospitalario nacional.
Predicciones atmosféricas
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), por sus siglas en inglés, sostiene que la temporada podría ser “extremadamente activa”, por tal razón, mantiene en alerta a los países de Centroamérica y del Caribe.
“Esta es una de las previsiones estacionales más activas que la NOAA ha producido en sus 22 años de historia de perspectivas de huracanes. La NOAA continuará proporcionando la mejor ciencia y servicio posible a las comunidades de toda la nación durante el resto de la temporada de huracanes para garantizar la preparación y seguridad del público”, sostuvo Wilbur Ross, Secretario de Comercio de los Estados Unidos en un comunicado de prensa.
Este centro de pronóstico tiene al menos 19-25 tormentas nombradas, de las cuales de 7 a 11 son señaladas como huracanes y 3 o 6 serán huracanes mayores, este es el pronóstico hasta el 30 de noviembre cuando culmina la temporada.
“Este año, esperamos más tormentas, más fuertes y de mayor vida que el promedio, y nuestro rango de ACE pronosticado se extiende muy por encima del umbral de la NOAA para una temporada extremadamente activa”, explicó en un comunicado Gerry Bell, pronosticador de huracanes estacionales de la NOAA.
Igualmente, la directora de la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET), Gloria Ceballos, advirtió a la población dominicana a prestar atención a las informaciones oficiales y cumplir los protocolos establecidos. Esto sin duda representa un desafío para el control de los contagios masivos en la República Dominicana que según los datos suministrados por el Ministerio de Salud Pública (MSP), supera los 77 mil casos y desafortunadamente más de mil 200 muertes.
La prevención, mitigación y respuesta ante desastres
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE), ante esta indetenible realidad, elaboró la “Guía Operacional Temporadas de Huracanes 2020 COVID-19”. Este documento orienta a las familias sobre cómo prepararse ante el fenómeno natural manteniendo en consideración las directrices sanitarias, cuyo objetivo es proteger y prevenir a la población del coronavirus en situaciones de desastres naturales.
Actualmente en el país existen un total de 2,045 albergues, según el Inventario Nacional de Albergues, de estos señala dos tipos: sismo (1,670) e inundación (1,793). Sin embargo, el documento no aborda detalladamente cómo estos albergues están organizados, distribución de camas, sillas, área de comida, espacio para damnificados contagiados y sanos. Tampoco precisa muy claro cuántas personas puede recibir un albergue con la situación sanitaria actual y donde reubicarán a las familias que no puedan recibirlas por razones de espacio para cumplir con la regla principal de “distanciamiento social”. Menos aún el protocolo para los envejecientes, población de alto riesgo frente a este indomable virus.
Plan de Contingencia
Por otro lado, presenta el “Plan de Contingencia”, una herramienta muy útil que les indicará al COE el número de heridos, número de fallecidos, desaparecidos, atrapados, tipo de edificio reportado, daños, familias desplazadas, embarazadas afectadas y por supuesto la locación donde ocurre el siniestro.
Recientemente, estudios de entidades financieras privadas estiman que ronda los US$153,000 millones los daños que los fenómenos naturales pueden ocasionar a bienes inmobiliarios en la República Dominicana, principalmente en las zonas más industrializadas.
Es necesario crear políticas sociales y económicas que vayan dirigidas a fortalecer el sistema sanitario e instituciones de mitigación y crear los protocolos pertinentes para enfrentar los fenómenos naturales que cada año nos dejan pérdidas monetarias y humanas, esto sumado al COVID-19 presenta mayores desafíos para la población dominicana.