Familiares de desaparecidos en derrumbe de Miami: entre oración y esperanza

Familiares de algunos de los más de 150 desaparecidos en el derrumbe de un edificio residencial en Miami-Dade se aproximaron este domingo a la montaña de escombros donde supuestamente yacen sus seres queridos para orar y llorar, cuatro días después de la tragedia y en medio de un esfuerzo común por mantener viva la esperanza.

Miami, (EFE).- Familiares de algunos de los más de 150 desaparecidos en el derrumbe de un edificio residencial en Miami-Dade se aproximaron este domingo a la montaña de escombros donde supuestamente yacen sus seres queridos para orar y llorar, cuatro días después de la tragedia y en medio de un esfuerzo común por mantener viva la esperanza.

Las autoridades locales y estatales no cejan en su empeño de localizar sobrevivientes, mientras la cifra oficial de fallecidos subió a nueve y los desaparecidos son 156.

Pese a los escasos resultados de la incesante búsqueda entre los escombros por parte de expertos ayudados por perros, maquinaría y tecnología, funcionarios públicos y el propio gobernador estatal, Ron DeSantis, insisten en que no hay que cambiar el enfoque de encontrar vidas.

El número de víctimas mortales del derrumbe parcial de Champlain Towers South, con 136 apartamentos, 12 plantas y en primera línea de playa en Surfside, al norte de Miami Beach (Florida, EE.UU.), aumentó de cinco a nueve en las últimas horas, informaron las autoridades este domingo.

“Anoche recuperamos cuatro cuerpos adicionales entre los escombros y restos humanos. Hoy una víctima falleció en el hospital”, confirmó en una conferencia de prensa la alcaldesa del condado Miami-Dade, Daniella Levine Cava.

La policía de Miami-Dade dio a conocer los nombres de tres víctimas mortales del derrumbe, por lo que hasta el momento hay cuatro de los nueve muertos identificados.

Sumando a Stacie Dawn Fang, de 54 años, la primera víctima mortal en ser identificada, los nombres de fallecidos dados a conocer en las últimas horas son los hispanos Antonio Lozano, de 83 años; Gladys Lozano, de 79, y Manuel Lafont, de 54.

Los dos primeros se encontraban en el apartamento 903 del edificio siniestrado, mientras que Lafont estaba en el 801, informó el Departamento de Policía de Miami-Dade (MDPD, por sus siglas en inglés) vía Twitter.

MOMENTO DE ORACIÓN

En el cuarto día de búsqueda entre un amasijo de hormigón, hierros y acondicionadores de aire derruidos, las autoridades cedieron a la súplica de los familiares de desaparecidos y les permitieron acercarse al lugar del desastre para llorar y orar.

“Habrá una oportunidad para las visitas y será un evento muy privado”, señaló Levine Cava esta mañana.

Las familias partieron después del mediodía en dos autobuses desde el hotel Grand Beach, donde se ha instalado un centro de reunificación familiar, hasta las inmediaciones del Champlain Towers South, denominado ahora la “zona cero” de Miami-Dade.

Sin embargo, las esperanzas han menguado desde que les solicitan a las familias muestras de ADN para ayudar a identificar los cuerpos y restos extraídos de los escombros.

Mientras tanto, en la iglesia católica St. Joseph, de Miami Beach, el párroco Juan Sosa leyó este domingo los nombres de feligreses desaparecidos en la tragedia.

Doce familias que vivían en Champlain Towers South son miembros de la iglesia y de nueve de ellas se desconoce su paradero, incluyendo niños, informó Local 10.

En una rueda de prensa aparte, Charles Burkett, alcalde de la turística ciudad de Surfside, comentó que “hay muchas emociones fuertes en el centro familiar” y que el objetivo de hoy continúa siendo sacar a personas de los escombros.

“Menos políticos en el proceso y mas acción”, narró Burkett que espetaron los familiares a las autoridades que hablaban con ellos.

“He tenido llamadas de la Casa Blanca, de (la portavoz del Congreso estadounidense) Nancy Pelosi, de (el senador por Florida) Rick Scott. Siempre nos preguntan ‘qué podemos hacer por ustedes'”, agregó el regidor.

El Champlain Towers South forma parte de un trío de edificios costeros levantados por un mismo desarrollador inmobiliario. De ahí que los vecinos que actualmente viven en ellos se preguntan si deben abandonar los inmuebles, aunque algunos ya lo han hecho desde el primer día del derrumbe.

“Si yo estuviese en el edificio hermano (el Champlain Towers North), me hubiera ido. Es la torre norte, parece ser una construcción diferente y he escuchado a residentes decir que están tranquilos porque los inspectores están aquí”, afirmó Burkett.

El tercer edificio es el Champlain East.

“TODAVÍA HAY LUGAR PARA DONATIVOS”

El jueves, horas después de que en cuestión de segundos y por causas aun no determinadas, 55 apartamentos se vinieron abajo junto con sus ocupantes, que a esas horas dormían, varios vecinos de los otros edificios Champlain decidieron proceder a la evacuación, dijeron medios locales.

El alcalde de Surfside señaló que los vecinos del edificio colapsado que estuvieron a salvo fueron reubicados en hoteles cercanos. Ante la pregunta de qué hace falta, dijo que “todavía hay lugar para las donaciones”.

En la misma conferencia de prensa, donde también se presentó el alcalde de la ciudad de Miami, Francis Suárez, se supo que una organización privada realizó un donativo de más de un millón de dólares.

Se trata se Bravo Family Foundation, que según su web fue creada “para promover el espíritu empresarial, el liderazgo comunitario y el desarrollo económico”.

Orlando Bravo, fundador de la firma,  dijo que su experiencia se basa en la ayuda humanitaria que brindó en Puerto Rico para los damnificados del huracán María, de 2017.

“Los recursos federales son buenos, pero a veces tardan en llegar. Como fundación tenemos la misión de ayudar a la gente”, señaló.

Esta mañana, la administradora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), Deanne Criswell, anunció que su organismo ya ha puesto en marcha un sistema de solicitud de ayudas económicas para las familias afectadas.

La funcionaria reconoció que asociaciones no lucrativas también se han unido.

Los rescatistas trabajan en estos momentos en una zanja de 125 pies de largo (38 metros) y 40 pies (12 metros) de profundidad abierta en medio del amasijo de cascotes.

Gracias a esta trinchera, informó la alcaldesa condal, “pudimos encontrar a cuatro víctimas” en las últimas horas y una falleció en el hospital”, sostuvo. EFE

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