CARACAS— Con escasa asistencia a los centros electorales se desarrollan el domingo los comicios presidenciales de Venezuela, en los que el mandatario Nicolás Maduro figura como favorito para lograr la reelección en medio de una compleja crisis económica y cuestionamientos locales e internacionales.
“Nada en comparación con otros procesos”, agregó.
Más de dos millones de venezolanos han abandonado su país en años recientes en busca de una vida mejor en el extranjero, mientras que quienes permanecen deben hacer filas de varias horas para comprar alimentos y retirar dinero en efectivo, el cual es ahora casi imposible de encontrar.
Aunque las encuestas muestran que la mayoría de los venezolanos responsabilizan a Maduro de los crecientes problemas, aún aparece como el favorito para ganar, en parte gracias a que sus principales rivales boicotearon la elección ante la desconfianza hacia la autoridad electoral, la cual es controlada por partidarios del gobierno.
“Hoy es un día histórico electoral”, afirmó el mandatario, vestido con camisa roja, tras votar primero en un centro del oeste de la capital, adonde acudió acompañado de su esposa y su hijo.
Maduro acusó a Estados Unidos de promover una “campaña feroz” para afectar los comicios presidenciales y dijo que, pese a esas acciones, “no pudieron” detener la consulta.
“Al mundo le digo: respete”, expresó el gobernante, al tiempo que desestimó las afirmaciones de más de una veintena de gobiernos de que no reconocerán los resultados. “No se puede seguir jugando desde gobiernos irresponsables de la derecha oligárquica y corrupta de América Latina a presionar a Venezuela, a aislar a Venezuela”, una acción que consideró “criminal”.
Maduro adelantó que, de resultar vencedor, emprenderá un “gobierno de unidad nacional”, insistirá en el diálogo, y realizará cambios en la economía para imponer un nuevo sistema de precios y de distribución y comercialización, pero no ofreció detalles.
Horas después, el mandatario invitó, desde el palacio de gobierno, a los venezolanos a votar e instó a los miembros del oficialismo a facilitar el transporte para lograr un “remate de participación histórico”.
Al ser consultado sobre un pronunciamiento del subsecretario de Estado norteamericano, John Sullivan, quien reiteró que el gobierno de Donald Trump no reconocerá los resultados, Maduro atribuyó la declaración a una “desesperación” de Washington ante el desarrollo de los comicios y dijo que había una “agresión permanente del gobierno del Ku Klux Klan de los Estados Unidos” hacia Venezuela.
Pasadas las 6:00 de la mañana, los centros electorales iniciaron el proceso de apertura de la votación, que se extenderá por unas doce horas o mientras queden votantes en las instalaciones. En total, 20,5 millones de electores podrán acudir a uno de los 14.638 centros de votación habilitados para la consulta.
Al ritmo de una diana militar y entre fuegos artificiales lanzados desde algunos puntos de la ciudad, los seguidores del gobierno iniciaron al amanecer el recorrido hacia los centros de votación.
A pesar de los llamados a votar hechos por el oficialismo, en un recorrido que realizó la AP por algunas casillas de la capital se observaban filas de menos de 20 personas en los centros y algunas mesas vacías, situación que dista mucho de anteriores consultas presidenciales, cuando desde el amanecer miles de personas se aglomeraban en los centros para sufragar.
“Algo está pasando. En los años que he votado nunca había visto algo como esto. No está votando nadie”, confesó sorprendida María Arnal, ama de casa de 57 años, al relatar que en las elecciones del 2013, en las que ganó Maduro, debió realizar desde la madrugada una larga fila de varias horas y ahora votó en pocos minutos.
Arnal atribuyó la escasa concurrencia al desánimo que siente la gente por la crisis.
“No se consigue nada para comer ni medicinas y todo está demasiado caro”, agregó.
La coalición opositora estima que hasta cerca del mediodía solo 12% del electorado había sufragado, menos de la mitad de los ciudadanos que votaron que lo habían hecho en anteriores procesos a la misma hora, indicó el vocero de la alianza, diputado José Manuel Olivares.
“Tenemos una excelente afluencia en la mayoría de los centros del país”, afirmó por su parte el ministro de Comunicación y jefe del comando de campaña oficialista, Jorge Rodríguez, al anunciar a la prensa que más de dos millones y medio de venezolanos han salido a sufragar hasta el momento.
Rodríguez consideró el evento electoral como una “victoria” de los venezolanos.
Tras votar en la ciudad central de Barquisimeto, el candidato independiente Henri Falcón, quien es el principal contendiente de Maduro, denunció que hay una “circunstancia generalizada irregular en el país” con la instalación de puntos de control oficialistas cerca de los centros electorales, con lo que aseguró que se “desconocen” los acuerdos de garantías que suscribieron los competidores. Falcón denunció que han recibido no menos de 350 denuncias de estos centros de control, conocidos como “puntos rojos”.
Al respecto, el diputado Olivares dijo que la coalición tiene registro de que en 85% de los centros electorales del país fueron instalados “puntos rojos”.
“Nos están enterrando la democracia y tenemos que rescatarla”, afirmó Fiorela Luongo, una docente de 52 años que acudió a una iglesia católica vestida de negro y con una bandera venezolana, la cual colgó sobre una de las sillas en señal de protesta por las elecciones.
Acompañada de otras dos mujeres, también vestidas de negro, Luongo indicó que no participaría en la consulta porque es un “circo montado”.
En la contienda presidencial también está el pastor evangélico Javier Bertucci, quien ha cortado parte del respaldo a Falcón al ofrecer sopa en sus actos de campaña.