Washington, 10 abr (EFE).- El venezolano Gustavo Tarre, designado por el líder opositor Juan Guaidó, asumió este miércoles como embajador de facto de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), un puesto que le permitirá participar activamente en el organismo mediante el voto.
Tarre entregó hoy al secretario general de la OEA, Luis Almagro, sus cartas credenciales que le certifican como representante de la Asamblea Nacional venezolana (AN, Parlamento), lo que en la práctica le permitirá ejercer las funciones de embajador, aunque suelen ser los Gobiernos los que nombran a sus enviados diplomáticos.
Para formalizar la entrega de credenciales, Tarre y Almagro se estrecharon la mano frente a dos banderas -una de Venezuela y otra del organismo- y en presencia de los embajadores de buena parte de los 35 Estados miembros, entre ellos el representante de EE.UU., Carlos Trujillo, que se colocó al lado de ambos.
“Las voces en favor de la democracia del continente lo han traído hasta aquí, ya no tenemos una dictadura sentada entre nosotros. Ya no tenemos representación de la cadena de mando de la violación sistemática de derechos humanos sentado con nosotros”, dijo Almagro, muy crítico con el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El Consejo Permanente de la OEA aprobó este martes una resolución que resuelve “aceptar el nombramiento del señor Gustavo Tarre como representante permanente, designado de la Asamblea Nacional, hasta que se celebren nuevas elecciones y el nombramiento de un Gobierno democráticamente electo”.
El texto identifica a Tarre como representante de la AN, presidida por Guaidó, y no menciona a Venezuela; pero los países que avalaron la resolución y la Secretaría General de la OEA lo han interpretado como un reconocimiento para que Tarre pueda ejercer como embajador.
En declaraciones a la prensa, Tarre consideró que su aprobación es un “paso adelante” y aseguró que ocupará la silla de Venezuela durante la próxima reunión del Consejo Permanente.
Sin embargo, los diplomáticos fieles a Maduro han defendido que el escaño de Venezuela en la OEA les pertenece hasta el 27 de abril, momento en el que se consumará la solicitud que hizo su Gobierno hace dos años para salir del organismo.
Tarre explicó que, a partir de ahora, los diplomáticos de Maduro no formarán parte de la misión de Venezuela en la OEA y, por tanto, dejarán de estar acreditados ante esa entidad.
Al dejar de estar acreditados ante la OEA, el Gobierno de EE.UU. podría revocar el visado diplomático de esos funcionarios de Maduro y obligarles a regresar a Venezuela.
Cuando esos funcionarios de Maduro abandonen EE.UU., entonces los enviados de Guaidó podrían hacerse con el edificio de Washington que alberga al mismo tiempo la misión de Venezuela en la OEA y la embajada venezolana, según detalló Tarre.