La aplicación de una tercera dosis de vacuna contra la covid-19 en otros países es algo que todavía no se ha materializado. Aunque se ha planteado, en algunos, como una posibilidad a futuro, no es una decisión tomada, como ya ha anunciado de manera concluyente la República Dominicana.
Sobre esto, no hay un pronunciamiento consumado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien solo ha manifestado, como una hipótesis, que las personas vulnerables, como los ancianos, necesitarían “probablemente”, en un lapso de un año, un refuerzo de la vacuna como prevención a las nuevas cepas del virus.
Sobre esa posibilidad, solo las farmacéuticas Pfizer y Moderna, también han expresado, de manera separada, la necesidad de una tercera dosis de sus preparados en unos 6 ó12 meses luego de haber completado el esquema de vacunación, para así crear inmunidad a la enfermedad y proteger a la población de las nuevas variantes de la enfermedad.
“Una hipótesis probable es que se necesite una tercera dosis, entre los seis y los 12 meses, y a partir de ahí habrá que volver a vacunar cada año, pero todo eso tiene que confirmarse”, fue lo dicho hace unas semanas por Albert Bourla, quien es el director general de Pfizer.
En el plano regional, en América Latina, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo hace unos días que en su Gobierno se evalúa si se usa un refuerzo tras basar su vacunación mayoritariamente en el antígeno Sinovac.
“Estamos analizando y revisando muchos estudios científicos para ver si es necesario, si es conveniente, una tercera dosis de las vacunas”, dijo el mandatario Sebastián Piñera, declaró el mandatario de la nación sudamericana. “Esa decisión la vamos a tomar pronto porque como gobierno estamos siempre atentos a no solamente hacernos cargo de los problemas de ahora, sino que anticiparnos para poder prepararnos para enfrentar los problemas del mañana”, agregó.
En el caso de la vacuna cubana, Abdala, fabricada en su propio territorio, pero que no ha sido exportada, sí es de aplicación de tres dosis, pero desde sus ensayos se ha concebido así para su efectividad, que cuenta con un 92.28 %. Ese fármaco, solo se ha administrado en experimentos y el gobierno local todavía está en la fase previa al pedimento de aprobación de uso de emergencia y enviar datos a la Organización Mundial de la Salud para su uso.
En Emiratos Árabes, un país muy lejos de República Dominicana y que lleva delantera en el proceso de inoculación de sus habitantes, comenzó en marzo pasado la aplicación de una tercera dosis de la vacuna Sinopharm a un pequeño porcentaje de inmunizados –muy focalizado- que no habían desarrollado anticuerpos con las dos primeras.
Sánchez Cárdenas dice es apresurado
El exministro de Salud y quien estuvo a cargo de esa cartera en los primeros meses de la aparición de la covid-19 en la República Dominicana, Rafael Sánchez Cárdenas, expresó que aunque el tiempo y las investigaciones de soporte no son suficientes para fundamentar, sólidamente, la prescripción de una dosis adicional de la vacuna para el virus, ya el país está anunciando ese paso, sin haber siquiera cumplido una cobertura de 70 %. “Meses atrás, en abril 2021, Albert Bourla, “Consejero Delegado” de Pfizer hacía público que “probablemente” sería necesaria una tercera dosis de su vacuna basada en ARN mensajero.
“Fue la primera voz de alerta en dirección a sentar en el imaginario social esta posibilidad vacunal”, argumentó en un comunicado dado a conocer por el exportavoz del Gobierno, Roberto Rodríguez Marchena.
Dijo que en la medida en que los países avanzan en los procesos de vacunación, van apareciendo notas e información incompleta, “a veces maliciosas”, que buscan dar fundamento a la “tercera dosis”.
“No hay estudios concluyentes al día de hoy que establezcan esa necesidad. Uno de los más recurridos es el estudio de Río, Brasil, realizados en una muestra de 8 pacientes doblemente vacunados y que se reinfectaron con la variante P1. Una muestra inapropiada, un estudio sin revisión por pares y que ya fue publicado en Lancet. La realidad es que los porcentajes de población vacunada todavía está lejos del 85-90 % de cobertura correspondiente al programa PAI y que los niveles de apertura, ruptura del distanciamiento y otras medidas de contención conviven con los procesos de vacunación”, observó.
¿Una decisión sin cumplirse las metas?
El exministro de Salud Púbica, Rafael Sánchez Cárdenas, indicó que poco se habla en las noticias difundidas del “efecto apertura” en la creación de nuevas situaciones epidémicas, sino también de su impacto en el desarrollo de nuevas mutaciones en el mundo.
“El apremio económico está conduciendo a toma de decisiones cuyos efectos veremos más adelante. Sin haber cumplido las metas de vacunación, sin estudios serios sobre la inmunidad alcanzada en las vacunas aplicadas, que por demás, necesitan un espacio razonable para desarrollo… ¿cómo entender la premura de la “tercera dosis”?”, cuestionó.
Al anunciar la medida del Gobierno dominicano de aplicar una tercera dosis de la vacuna contra la covid-19, la vicepresidenta y coordinadora del Gabinete de Salud, Raquel Peña, sostuvo que el Gobierno estaba previendo y adelantándose a las posibles variantes de la enfermedad que se han detectado en otros países.
La vicemandataria afirmó que la tercera dosis debe ser de una farmacéutica distinta a la primera y segunda, ya aplicada. Además, que sería administrada a las personas que tenían un mes de haberse puesto la segunda.