A través de una carta aprobada por el papa publicada este martes, el Vaticano reafirmó su posición en contra de la eutanasia, a la que calificó como “un crimen contra la vida humana”, y acusó a quienes aprueban las leyes que regulan esta práctica como “cómplices de un grave pecado”.
“Incurable no es nunca sinónimo de ‘incuidable'”, asegura la Congregación para la Doctrina de la Fe en la misiva, que considera que “la eutanasia es un crimen contra la vida humana” y un acto “intrínsecamente malo, en toda ocasión y circunstancia”.
Del mismo modo, el documento destaca que “la eutanasia y el suicidio asistido son siempre un fracaso de quienes los teorizan, de quienes los deciden y de quienes los practican”, y asegura que “ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo”.
Por último, la carta concluye pidiendo a las iglesias católicas locales adoptar posiciones claras y unificadas sobre la eutanasia y el suicidio asistido, invitando a las instituciones sanitarias católicas a abstenerse de realizar actos “de evidente ilicitud moral”.