Fue bajo la sombrilla del reconocido merenguero que Vitico, como era llamado también por sus amigos, descolló como músico y cantante para luego convertirse en una gran estrella del arte dominicano y un referente de la canción latinoamericana.
A inicios de los años 70, siendo percusionista y guitarrista, comenzó a tocar la batería y la tumbadora en la orquesta de Wilfrido Vargas, y luego como cantante, con el éxito de “La casita”. En 1972 grabó “El camino de los amantes”, canción que lo proyectó internacionalmente como compositor al ser interpretada por “El Bolerista de América”, Felipe Pirela.
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Pero la conexión entre Wilfrido Vargas y Víctor Víctor no nació en el escenario, cual si fueran dos artistas que se cruzan en los afanes del entretenimiento. Más bien, su relación echó raíces de tipo familiar mucho antes.
Por eso, la muerte del intérprete de “Mesita de noche”, a causa de la COVID-19, ha sido un trago amargo para el otrora líder de los Beduinos, quien ha utilizado las redes sociales para desahogarse como lo han hecho muchas personalidades y fanáticos de distintas edades.
Mensaje de Wilfrido Vargas
“Vitico… Tú partida me ha arrancado un pedazo del corazón.
Ha partido de este mundo el más destacado alumno de Don Milo, mi padre, quien nos enseñó a tocar guitarra, tanto a Vitico como a mí. Mientras papi cantaba al estilo de los tríos mexicanos de guitarra nosotros nos fijábamos en el en cierne estilo de esa balada de Serrat. Vitico se destacó últimamente con la canción convertida en ícono e interpretada por Celia Cruz, titulada Te Busco. Y no podría el público imaginar la cantidad de canciones que disfrutó sin percatarse que su compositor fue Vitico, mi orgullo, porque además tuve el honor de tenerlo como el primer cantante de mi orquesta, luego de irse Balín, el precursor.
Con la noticia de su muerte, llevo la tristeza y el lamento de no haber podido lanzar a la luz pública un hermoso proyecto musical, donde Vitico, como se le decía a Víctor Víctor, iba a hacer junto a Pavel Núñez y a mí una hermosa canción también escrita por mi papá, hoy con 93 años; y ojalá poder lanzarla post mortem.
Su partida me ha arrancado un pedazo del corazón.
Que Dios te tenga en la Gloria Vitico y espérame allá, porque nos quedaron muchas cosas pendientes”.