Según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC), emitido a las 16.00 hora local de Luisiana (21.00 GMT), Ida perdió algo de fuerza y genera vientos máximos sostenidos de 130 millas por hora (215 km/h) y se desplaza a 10 millas por hora (17 km/h).
Esta ralentización provoca que los fuertes vientos y lluvias se mantengan más tiempo por las zonas por las que pasa el ciclón, que hasta el momento no ha provocado pérdidas personales conocidas, aunque todavía falta que pase por los grandes núcleos urbanos.
La agencia de preparativos ante emergencias de Nueva Orleans NOLA Ready indicó que debido a esta situación los habitantes de la ciudad deben contar con “poderosos vientos y fuertes lluvias” durante la próxima noche.
Y el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, en inglés) emitió una advertencia de posibles riadas en Nueva Orleans, que se encuentra en el cuadrante nororiental de Ida según el patrón de trayectoria, el más peligroso por la fuerza de sus vientos y lluvias.
La mayor preocupación en la ciudad es si aguantarán los diques que la protegen del agua del lago Pontchartrain, algo que no sucedió en 2005 cuando estas barreras cedieron ante la fuerza del huracán Katrina y la urbe se inundó, causando la muerte de más de 1.800 personas.
Tal es la fuerza del viento y la marea ciclónica que dos populares ferris turísticos de la ciudad se soltaron de sus amarres y navegaron sin control río arriba a lo largo de la rivera en Nueva Orleans, informaron medios locales.
Y todo debido a que por la fuerte entrada del agua del mar en el cauce del Misisipi, el río cambió temporalmente el sentido de su curso.
La poderosa tormenta obligó a cancelar cientos de vuelos en varios aeropuertos de la región, algunos de los cuales ya anticiparon que permanecerán cerrados este lunes.
A ello hay que sumar que cerca de 500.000 usuarios perdieron la electricidad, según la web especializada Poweroutage.us, y se teme que esa cifra pueda ser muy superior según Ida vaya adentrándose en el país rumbo norte.
Por contra, la fuerza de Ida se fue disipando paulatinamente según iba avanzando en dirección norte y alejándose de la costa, y 4 horas después de tocar tierra está cerca de ceder a categoría 3, situado en vientos de 130 millas por hora que actualmente mueve la tormenta.
Pero aun así, las autoridades alertan de la peligrosidad del huracán, incluido el presidente, Joe Biden, quien este domingo urgió a los residentes a no confiarse, incluido en zonas alejadas de la costa.
Durante una reunión con responsables de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Biden dijo que la devastación causada por Ida probablemente será “inmensa” y que la población debe ser paciente porque la recuperación puede “llevar mucho tiempo”, incluso “semanas en algunos lugares”.
El mandatario aprobó antes de la llegada del ciclón la solicitud de declaración de emergencia de Luisiana y Misisipi, que permitió enviar más de 2.400 efectivos de FEMA, así como 12 equipos de búsqueda y rescate, 2,5 millones de comidas y 3,1 millones de litros de agua.
INDUSTRIA PETROLERA AFECTADA
Ida tocó tierra en Port Fourchon, por donde pasa cerca del 18 % del suministro del petróleo nacional de Estados Unidos, según datos de la Cámara de Comercio local, debido a la cercanía de un buen número de plataformas situadas en el Golfo de México.
Tanto es así que el 95 % de la producción petrolera en esta región tuvo que suspenderse debido a la llegada del huracán.
Y Colonial Pipeline, la mayor red de oleoductos del país, anunció este domingo que cerraba temporalmente dos de sus oleoductos como medida de precaución. EFE