Santiago de Chile, 24 oct (EFE).- El epicentro de las manifestaciones de Chile, la Plaza Italia de Santiago, amaneció este jueves sin custodia militar ni policial por primera vez desde que el viernes se produjo un estallido social que reclama reformas al Gobierno, y en cuyo marco ya han fallecido al menos 18 personas.
La capital trata de recuperar la normalidad esta mañana, ofreciendo cada vez más una estampa tan cotidiana como la de cualquier otro día antes del surgimiento de este fenómeno.
El metro de Santiago tiene tres líneas en funcionamiento parcial, la flota de autobuses urbanos presta servicio completo y funciona con normalidad y cada vez más comercios abren sus puertas.
“La situación de orden público y de seguridad ciudadana está mejorando”, dijo a la prensa el presidente de Chile, Sebastián Piñera, que no obstante aún mantiene en estado de emergencia a casi todo el país, con el Ejército a cargo de la seguridad, que la pasada noche y madrugada volvió a decretar toque de queda en multitud de comunas y ciudades.
Sin embargo, las clases siguen suspendidas en multitud de colegios y universidades y, al menos hasta este día, la cronología de cada jornada ha sido similar y según se acerca el medio día miles de ciudadanos se van congregando en distintas plazas y calles de forma pacífica.
En paralelo a esas marchas en paz, algunos grupos siguen generando disturbios e incendiando y saqueando locales comerciales e incluso hoteles, como ocurrió este miércoles.
Las manifestaciones violentas, con multitud de focos de incendio en estaciones de metro, supermercados y almacenes, y con grupos de gente saqueando comercios fueron las primeras imágenes que dio este fenómeno, que estalló el pasado viernes tras una semana de protestas por el alza del precio del suburbano de Santiago.
Con el estado de emergencia declarado y los militares en la calle, se han producido varios casos de presuntos abusos y violaciones de Derechos Humanos y, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile, al menos 5 de los fallecidos hasta el momento lo fueron a manos de agentes del Estado.
Esta represión ha sido acogida como uno más de los reclamos que la mayoría de ciudadanos que se manifiestan en paz claman por las calles, por reformas estructurales en pensiones, educación o salud que acaben con la desigualdad que les general el modelo neoliberal chileno.
Esta misma mañana, la Cámara de Diputados de Chile, con 67 votos a favor, 31 en contra y 14 abstenciones, aprobó una Comisión Investigadora sobre los actos la actuación de los ministerio del Interior y de Defensa para la declaración de estado de emergencia y el actuar de las Fuerzas Armadas y de Seguridad y de Orden.
El INDH, una entidad pública pero autónoma, contabiliza, después de seis jornada de protestas, una cantidad de detenidos de 2.410 en su último balance, de los que 898 se produjeron en Santiago y el resto en regiones.
En cuanto a los heridos, el organismo de derechos humanos contabiliza 535 personas víctimas no mortales desde el pasado jueves, de los 210 del total de heridos fueron por armas de fuego.
El INDH ha presentado ya 55 acciones judiciales por las situaciones que reportan desde hace días durante las manifestaciones.
Las cifras del INDH son mucho más abultadas que las del Gobierno, que da cuenta de 197 heridos, según el último informe entregado este miércoles por el Ejecutivo. EFE