EE.UU. pidió este domingo a la comunidad internacional “hablar con una sola voz” en apoyo a quienes participen en la protesta convocada para este lunes en Cuba y llamó al Gobierno de la isla a aprovechar esta oportunidad histórica para “escuchar” a su pueblo.
En un comunicado, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, invitó a los socios democráticos de su país a que “se hagan eco” del respaldo de Washington a los manifestantes cubanos que buscan “ejercer sus derechos y libertades fundamentales”.
“Debemos hablar con una sola voz -agregó el jefe de la diplomacia estadounidense-, pidiendo al Gobierno cubano que respete a quienes ejercen sus derechos en la protesta pacífica del 15 de noviembre y que libere a todos los detenidos injustamente”.
Además, consideró un “imperativo” que la comunidad internacional defienda estos derechos “cuando y dondequiera que se vean amenazados”.
“Estados Unidos está con el pueblo de Cuba”, subrayó Blinken, quien condenó “enérgicamente” las “tácticas de intimidación” de La Habana.
En concreto, rechazó que el Gobierno cubano denegara el permiso para las protestas, despidiera de sus trabajos a los partidarios de la oposición y amenazara con encarcelar a los disidentes.
“Instamos al Gobierno cubano a rechazar la violencia y, en cambio, a aprovechar esta oportunidad histórica de escuchar las voces de sus pueblo”, apuntó.
El secretario de Estado abogó por que se permita a los cubanos “reunirse pacíficamente y hacer uso de sus voces sin temor a represalias o violencia del Gobierno” y que el internet y las líneas de telecomunicaciones se mantengan abiertas.
Blinken subrayó igualmente que su país “continuará aplicando medidas que apoyen al pueblo cubano y promuevan la rendición de cuentas por la represión y las violaciones de derechos humanos del régimen cubano”.
Estados Unidos respondió con sanciones a altos cargos militares cubanos por su presunto papel en la represión de las protestas del pasado 11 de julio, las mayores en más de dos décadas.
Ese día, miles de cubanos salieron a las calles de forma espontánea para reclamar más libertades y un cambio político en unas protestas que se saldaron con centenares de detenidos y condenas de cárcel.