MIAMI .— Estados Unidos accedió a extraditar a su país al expresidente panameño Ricardo Martinelli para que enfrente ante la justicia acusaciones de corrupción y espionaje.
“El secretario de Estado (Mike Pompeo) tomó la decisión de aceptar la extradición”, dijo a The Associated Press Luis Eduardo Camacho, portavoz de Martinelli. “Estamos preparados legal y políticamente para enfrentar esto en Panamá”, agregó en comunicación telefónica desde la nación centroamericana.
La abogada del expresidente, Inna Shapovalov, confirmó también a AP que el gobierno estadounidense había resuelto extraditarlo.
Martinelli, detenido en una prisión federal de Miami desde hace un año, había solicitado formalmente al Departamento de Estado que rechazara el pedido de extradición alegando que podría ser torturado si era devuelto a Panamá.
El pedido lo efectuó el 15 de mayo y el gobierno estadounidense tenía 60 días para tomar una decisión.
Camacho dijo que Martinelli podría ser enviado a su país a partir del lunes después de que Estados Unidos y Panamá coordinen los detalles.
El Departamento de Estado no respondió de manera inmediata los mensajes de la AP.
El pedido de extradición se fundamenta en cuatro acusaciones según las cuales durante su presidencia Martinelli compró equipos especiales a dos compañías israelíes para crear un presunto sistema ilegal de interceptaciones de conversaciones de más de un centenar de personas, entre ellas opositores políticos, líderes sindicales, empresarios y periodistas críticos de su administración. El exmandatario niega esos cargos.
Martinelli, un acaudalado empresario de 66 años que gobernó entre 2009 y 2014, alega que las acusaciones son producto de una persecución política de su sucesor, Juan Carlos Varela, quien fue ministro y vicepresidente durante su gobierno.