El economista Fernando Álvarez Bogaert afirma que a la República Dominicana se le presentan buenas oportunidades, durante esta pandemia del coronavirus, para convertirse en un importante sector de la cadena de suministro hacia los Estados Unidos y otras partes del mundo, aprovechando su posición geográfica y la situación que existe entre China y los Estados Unidos.
Durante una visita al director general del Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (PROINDUSTRIA), Ulises Rodríguez, en el que conversaron sobre la expansión de la industria nacional, Álvarez Bogaert planteó los pilares que el país debe desarrollar para fortalecerse en el mercado internacional, con el potencial de las zonas francas y dado que ocupa el primer lugar en la producción de tabaco.
Recomienda, en ese sentido, que el país integre a la diáspora dominicana para que ayude al crecimiento del país, se modifique la educación, con énfasis desde la industria a la formación politécnica.
Aconseja estudiar la demanda y la oferta laboral en las universidades y en los politécnicos. Favorece que las iglesias participen en el crecimiento y que los peloteros dominicanos en grandes ligas, que son el 20%, y muchos gozan de respeto en las provincias, intervengan en la promoción del país.
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Rodríguez, en tanto, destacó la satisfacción que le produce tratar con el también político, temas relativos al papel de la industria en el país y la fortaleza de la economía nacional, a partir del crecimiento del empleo en tiempos de coronavirus.
En este punto, Álvarez Bogaert reiteró que si la República Dominicana quisiera, podría entrar al mercado mundial, en medio de lo que acontece en China, país que presenta el problema global más grande, ya que hasta el 2010, duró 20 años bajo la idea de que había que abrir la economía a las multinacionales, y le dio progreso. Pero en el 2012, con la llegada del emperador Xi Jinping, se redujeron las exportaciones, afectando las multinacionales y en los últimos tres años, se fortaleció más el consumo interno y un poco menos las exportaciones, lo que ha preocupado a muchas de las grandes de las empresas.
Expuso que tarda entre 25 ó 30 días llevar un suministro desde Vietnam al puerto de Los Ángeles en Estados Unidos, mientras que desde la República Dominicana el transporte es menos de cuatro días. Para que el país se establezca en el suministro, asegura que hace falta un programa profundo de transformaciones. “Lo primero que hay que hacer es que la República Dominicana, a nivel de pueblo, tenga una conciencia social y la gente participe del proceso”.
Señala los efectos que la pandemia del COVID-19 ocasiona en la economía y las oportunidades que presenta. “La globalización se fue al suelo por la pandemia y ha provocado todo tipo de ajustes en la cadena de suministro, desde la escasez de materias primas hasta la limitación de en los buques de carga y en las terminales marítimas. Pero cree que existe forma de desarrollarse”.
En cuanto a la incertidumbre actual por la pandemia. Entiende que el “mundo está viviendo su peor crisis económica, desde 1945, cuando no había globalización y Estados Unidos tuvo que buscarle lugar de trabajo a 12 millones de excombatientes”.
Opina que en 19 años, se mejoró el proceso de globalización, basado en que en los países asiáticos había bajos salarios y por la llegada de contenedores hacia Estados Unidos. Entre los efectos psicológicos de la pandemia, señala a los camioneros, de los que Estados Unidos tiene un déficit de 50 mil y quienes pasaron mucho tiempo sin trabajo por el virus.
