Debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez o como popularmente se conoce puente de “La 17”, todavía queda de todo.
Desde una iglesia, talleres de reparación de colchones y muebles; bancas de loterías, salones de belleza, fantasías, puestos de comida y hasta un centro de internet, se pueden encontrar aún por esa zona en la que cientos de familias residen.
Todos esos establecimientos están ubicados a lo largo de ese callejón que llega hasta casi la ribera del río Ozama.
Félix Alcántara, reparador y vendedor de colchones que vive en el referido lugar, expresó a elCaribe que lleva casi 30 años en los trabajos relacionados con esos artículos.
Comentó que inició en las reparaciones y puso su propio negocio, tras ser despedido de la Zona Industrial de Herrera por realizar el mismo trabajo.
Sin embargo, comentó que luego de su cancelación se dedicó en lleno a ese oficio que atrajo a cuatro de sus vecinos que hoy tienen sus propios negocios debajo de este puente y en otros lugares.
“Antes yo tenía aquí como cuatro o cinco trabajadores, hicieron su casa y de ahí se fueron independizando. Ahora están trabajando de los colchones y viven mejor que yo, uno incluso tiene una casa de dos plantas cerca de por aquí”, dijo Alcántara mientras acomodaba unos colchones que serían reparados.
Alcántara dijo que siempre está dispuesto a reparar “lo que sea” en cuanto a colchones se refiere y que lo dice con toda seguridad por todo el tiempo que ha dedicado a esa labor.
Dicen que “tienen de todo”
Los mismos moradores del lugar dijeron que en ese espacio “tienen de todo” pese a las condiciones en la que viven debajo de esa obra erigida en 1974 bajo el mandato presidencial de Joaquín Balaguer.
“Aquí tenemos una colchonería, allá abajo hay una fantasía, un colmado, una banca… hay de todo”, aseguró Mildre Quezada.
Francisco Pérez, es dueño del “Colmado Javier” que tiene casi 30 años situado allí.
Tras el anuncio de los desalojos, Pérez expresó que esperó con ansias ese momento porque entendió que el Estado iba a buscarle un mejor espacio digno para vivir, pero todavía está a la espera de que se materialice tal acción.
Pérez indicó que en “lo que el hacha va y viene” continuará con su pequeño negocio debajo del puente La 17 que ha sido el medio de sustento de su familia.
“Llevo casi 30 años con mi colmadito para no hacer lo mal hecho, y poder sacar mi familia adelante”, puntualizó Pérez.
Denuncian “nido de delincuentes”
Un grupo de residentes denunció ayer que en los solares donde está ubicada la oficina móvil de la Oficina Para el Reordenamiento del Transporte (Opret), se aloja en horas de la noche un nido de delincuentes.
Los ciudadanos manifestaron su preocupación de que tras los desalojos de las personas que vivían en el entorno, la zona se quedó “desolada”, a tal punto que dormían tranquilos, empero al pasar el tiempo, los antisociales identificaron la zona que está inhóspita y allí se ocultan.
“Las autoridades tienen que esforzarse en vigilar esos arrabales que hay por ahí porque la gente no puede cruzar de noche por todos los delincuentes que se esconden que vienen de por ahí de hacer sus diabluras”, enfatizó Juan Montero mientras señalaba los terrenos que hoy albergan la oficina de la Opret.