La prisión preventiva que pesa en contra de la pastora Rossy Guzmán, implicada en el caso Coral, no le ha impedido continuar con sus negocios de préstamos y cobrando, mediante la vía judicial, a quienes le deben.
Es decir, la imputada desde la cárcel Najayo a través de sus abogados, sigue realizando cobros compulsivos, actividad a la cual, han dicho sus juristas, se dedica desde hace 20 años.
Guzmán ha interpuesto un recurso de apelación al fallo de un tribunal que en agosto pasado dictó sentencia absolutoria a favor de una señora que había sometido por supuestamente entregarle un cheque en blanco, acción tipificada por el artículo 405 del Código Penal Dominicano. Según se ha dicho, el monto ronda en el millón de pesos.
La audiencia fue conocida por los jueces de la Primera Sala Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional.
Como Guzmán cumple prisión preventiva en en Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo-Mujeres, fue trasladada a la sala de audiencias por agentes de la Unidad de Traslado de Alto Riesgo (Utar).
Cuando en mayo se le conoció la medida de coerción, tras ser imputada en el caso de corrupción denominado Coral, su abogado le manifestó al tribunal de entonces que la imputada durante más de 20 años ha trabajado con cobros compulsivos y préstamos, y, además, ejerciendo la abogacía.
Lo que dijo, le permitió tener “un pequeño capital” que utilizaba en negocios y que le permitía extraer un beneficio. En ese momento, su defensa indicó que Guzmán presentó al Ministerio Público un listado de personas con los que tiene negocios de préstamos por más de ocho millones de pesos.