La Habana (EFE) – Cuba volverá a celebrar este primero de mayo un gran desfile por el Día del Trabajo tras dos años de pausa forzada por la covid, una cita relevante en términos sanitarios y políticos.
Se trata del primer evento masivo de carácter político desde que irrumpió la pandemia en la isla, al que han sido llamadas con insistencia decenas de miles de personas desde el Gobierno y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, abogó este sábado en sus redes sociales, como ha hecho en los últimos días, por una participación masiva y activa en los actos de este primero de mayo.
“Vamos a volver a nuestras plazas y calles después de dos años sin marcha”, escribió Díaz-Canel, que colgó también un videomensaje en el que añadía: “Vamos a pintar juntos el paisaje de la unidad y la continuidad, el paisaje de una revolución en el poder. Vamos con todo a este primero de mayo”.
Como es tradicional, los principales actos de la jornada tendrán lugar en la Plaza de la Revolución de La Habana, a los que está previsto que acudan Díaz-Canel, miembros de su Ejecutivo, importantes cargos del Partido Comunista (PCC, único legal) y el expresidente Raúl Castro.
Los actos arrancarán a las 7.00 horas de la mañana (11.00 GMT) con una mensaje de Ulises Guilarte, secretario general de la CTC y miembro del buró político del PCC. Luego marcharán los trabajadores, con el personal sanitario y los científicos al frente.
En el desfile van a participar también unos 1.000 delegados internacionales de más de 60 países y 200 organizaciones y asociaciones, según el diario oficial Granma.
TRASFONDO POLÍTICO
La cita tiene relevancia política, porque es la primera ocasión en la que con un acto de masas las autoridades cubanas buscan el respaldo popular en las plazas tras las protestas antigubernamentales del 11 de julio.
El llamado llega en un momento en el que persisten algunas de las causas de aquellas manifestaciones, como la grave crisis económica que afecta al país, con problemas de abastecimiento, apagones y una fuerte inflación.
Esta situación es fruto de la combinación de las consecuencias de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y los fallos en la gestión macroeconómica nacional.
Desde círculos disidentes y opositores se ha instado a no participar en los actos oficiales y permanecer en casa.
Además, algunos activistas y periodistas independientes han denunciado amenazas e incluso sitios en sus domicilios por parte de las fuerzas de seguridad para que no salgan a la calle el primero de mayo.
SITUACIÓN PANDÉMICA
La convocatoria tiene además lugar en un momento en el que la situación epidemiológica ha mejorado sensiblemente con respecto a principios de año, cuando se registró un rebrote ligado a la variante ómicron.
En las últimas jornadas se han registrado unos 200 nuevos casos diarios de covid-19 y los expertos que asesoran al Gobierno cubano en esta materia consideran que estas cifras se van a mantener estables en las próximas semanas, incluso a caer.
Su pronóstico se basa en parte en el alto grado de inmunización en la población cubana, donde casi el 90 % de la población ha recibido el esquema completo de vacunación con las tres fórmulas de fabricación nacional.
Las mascarillas siguen siendo obligatorias en los espacios públicos, pero en los últimos meses se han eliminado la mayoría de restricciones sanitarias para negocios y viajeros.
El propio ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, llamó a participar de forma masiva en el desfile al personal del sistema sanitario.
“Llenemos este domingo las plazas de todo el país de alegría, con el compromiso que distingue a los trabajadores de nuestro sector, todos imprescindibles en la inigualable batalla por la vida que ha dado Cuba en los últimos dos años”, afirmó el ministro.