Las recientes manifestaciones en Nicaragua, que se produjeron como respuesta a la reforma a la Seguridad Social, podrían recrudecerse en los próximos días y afectar la estabilidad democrática de esa nación y los movimientos de izquierda en Centroamérica.
A pesar de que tras las protestas, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, revirtió la reforma y canceló el aumento de los impuestos, los estudiantes continúan en las calles junto a otros sectores y exigen su renuncia.
El internacionalista, Iván Gatón, explicó a elCaribe que el presidente Ortega, está sufriendo presiones de sectores eclesiásticos y políticos, opositores a su gobierno, para que renuncie; lo que sería percibido en la comunidad internacional como un “golpe blando” y un jaque a la izquierda centroamericana.
Indicó que en el caso de la Iglesia, ésta hizo un llamado al diálogo de las partes enfrentadas, pero no sin antes dejar claro que apoya las protestas.
“La situación en Managua es mala, han ocurrido saqueos, enfrentamientos y lamentablemente parece que, a pesar del llamado a diálogo del Gobierno, será muy difícil ponerse de acuerdo”, dijo.
Refirió que el detonante de la crisis fue la reforma a la seguridad social, que implicó la reducción de las pensiones en un 5%, para ahorrarle al Estado 250 millones de dólares.
Además, el catedrático y experto en temas internacionales, Emil Chireno, resaltó que lo que ocurre en Nicaragua, demuestra el desgaste que está sufriendo el proyecto de Gobierno y el liderazgo personal de Daniel Ortega quien, para muchos sectores, ha tergiversado el ideario sandinista.
“En Nicaragua, desde hace mucho tiempo hay un marcado resentimiento hacia el liderazgo personal de Ortega por la forma como él ha querido perpetuarse en el poder. No me parece que una simple reforma del sistema de pensiones sea el problema per se; eso sólo es la gota de agua que derrama el vaso y una válvula de presión”, resaltó.