El surgimiento de la variante Ómicron, ocurrido en noviembre de 2021 en Sudáfrica, causó alarma en el mundo entero. Sin embargo, el brusco incremento de los contagios en ese y otros países en los que fue hallada, fue seguido de un rápido descenso. Todo, acompañado por casos que fueron leves en su gran mayoría y que no generaron colapso en los sistemas de salud en la mayoría de los países.
Sim embargo, visto en retrospectiva, una de las características de la variante Ómicron del SARS-CoV-2 que más llama la atención de los especialistas es que, desde un punto de vista genómico, consta de tres sublinajes distintos (llamados BA.1, BA.2 y BA.3) que parecen haber surgido aproximadamente al mismo tiempo, dos de los cuales avanzaron de manera masiva por el mundo.
Eso significa que Ómicron tuvo tiempo de diversificarse antes de que los científicos lo detectaran. Cualquier teoría sobre sus orígenes debe tener en cuenta esta característica, así como el número de mutaciones, según señaló Joel Wertheim, epidemiólogo molecular de la Universidad de California en San Diego.
Así, hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene reconocidas, además de las variantes Alpha, Beta, Gamma y Delta previas a Ómicron, la BA.1 original de esa última mutación, BA.2 predominante hoy en todo el mundo, presente en el 86% de casos secuenciados y responsable de los actuales brotes en Asia y Europa.
Asimismo, BA.3 detectada al principio de Ómicron y sin relevancia epidemiológica para los expertos, y BA.4 y BA.5 que fueron incluidas esta semana por la OMS en las identificadas bajo vigilancia, de las que si bien por el momento no se sabe demasiado, causaron algunos casos en Sudáfrica, Botsuana, Reino Unido y Dinamarca entre el 10 de enero y el y el 30 de marzo. Los infecciones que genera parecen ser bastante parecidos a las ocasionadas por BA.2, según las primeras observaciones.
En tanto en su informe de actualización epidemiológica del pasado 29 de marzo, la OMS dio cuenta de una nueva subvariante, a la que calificó como resultado de la combinación entre la variante original de Ómicron (BA.1) y el sublinaje BA.2, también conocido como Ómicron silenciosa. Y la denominó como XE.
Y si bien su tasa de propagación no parece ser muy diferente a BA.1, los últimos datos dan cuenta de que sería 12,6% más transmisible que BA.2.Todas son consideradas de preocupación por el organismo internacional.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, responsable de la agencia de la ONU, reiteró la necesidad de aumentar el número de pruebas y de muestras secuenciadas para que los científicos puedan seguir la pista de las variantes existentes e identificar las nuevas a medida que surgen.
“En la actualidad hay una serie de linajes de Ómicron que estamos siguiendo de cerca, entre ellos el BA.2, el BA.4 y el BA.5 y otro recombinado que se ha detectado, compuesto por el BA.1 y el BA.2″, dijo.
Las variantes BA.4 y BA.5 se han notificado en varios países, entre ellos Sudáfrica y algunas naciones europeas, informó la epidemióloga principal de la Organización, la doctora Maria Van Kerkhove.
“Hasta ahora hay menos de 200 secuencias disponibles y esperamos que esto cambie (…) Estamos siguiendo (el virus) muy de cerca para ver si hay algún repunte en la detección de casos, pero (de momento) no hemos visto ningún cambio en la epidemiología o en la gravedad”, destacó la especialista.