Cómo un ‘supermercado flotante’ de Nestlé con comida chatarra ultraprocesada causó una crisis de obesidad en los niños

Niños que viven en una parte remota de la Amazonía han empezado a tener problemas de obesidad y diabetes después de que hace unos años se introdujeran alimentos ultraprocesados ​​en la región a través de un ‘supermercado flotante’ de Nestlé, revela un nuevo documental.

Niños que viven en una parte remota de la Amazonía han empezado a tener problemas de obesidad y diabetes después de que hace unos años se introdujeran alimentos ultraprocesados ​​en la región a través de un ‘supermercado flotante’ de Nestlé, revela un nuevo documental.

En el documental de la BBC ‘What Are Feeding Our Kids?’ (‘¿Con qué alimentamos a nuestros niños?’), que se emite este jueves, el médico Chris van Tulleken consume alimentos ultraprocesados durante cuatro semanas para ver el impacto que tienen en el cuerpo. Como resultado, no solo aumenta de peso, sino que se vuelve lento, ansioso y adicto a la comida chatarra.

Cambio en los hábitos alimenticios

Por otro lado, el presentador viaja a Muaná, un municipio ubicado en el estado de Pará, en el norte de Brasil, para comprobar cómo la llegada de los alimentos industriales ha afectado a la población de esta zona remota, cuya dieta se componía tradicionalmente de productos mínimamente procesados.

Allí, el médico se reúne con Lizete do Carmo Tenório Novaes, una mujer que lucha contra la obesidad infantil en el área, quien le cuenta que este problema se está volviendo cada vez más común en la región.

Mientras, la directora de escuela local Paula Costa Fehera revela que ha habido “un aumento en la diabetes infantil, la obesidad infantil y el colesterol alto en niños de tan solo siete años”, añadiendo que los hábitos alimenticios “han cambiado mucho en los últimos 15 años, con muchos más productos industrializados que antes no teníamos”, recoge Daily Mail.

El supermercado flotante

Un punto de inflexión, según la directora, fue un barco supermercado que vendía comida chatarra, gestionado por Nestlé y operado entre 2010 y 2017. La embarcación venía una vez a la semana y ofrecía precios más económicos que el mercado local. “Debido a la novedad de que permanecía abierto hasta tarde, atraía a los niños, a los jóvenes que iban a dar un paseo en barco y acababan comprando cosas”, relata.

Graciliano Silva Ramo, quien manejaba la embarcación, dice que cuando escuchó por primera vez la propuesta de un supermercado flotante —que ofrecía alrededor de 400 productos, desde comida para bebés hasta chocolate y helados—, se apuntó de inmediato y se sentía “orgulloso” de estar entregando alimentos más baratos a una zona pobre. No obstante, pronto se dio cuenta de que estaba favoreciendo una mala alimentación entre los lugareños que les estaba causando problemas de salud, especialmente entre los niños. “No comían alimentos saludables, lo que les causaba todo tipo de enfermedades, como problemas estomacales y caries”, cuenta.

Por su parte, Nestlé declaró a BBC que su proyecto tenía como objetivo “ampliar el acceso a alimentos y bebidas y promover proyectos de desarrollo social en comunidades remotas”.

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