Varios comercios decidieron brindar sus servicios y ofertar sus productos con las puertas a medias, simulando estar cerrados.
Un equipo de este diario fue testigo ayer, de que pese a que los negocios tenían sus puertas cerradas, en el frente aguardaban personas, en ocasiones formados en filas, en espera de ser atendidas para abastecerse de productos no prioritarios
En el caso específico de Villa Consuelo, una de las principales arterias comerciales del Distrito Nacional, donde existen negocios de todo tipo, los grandes establecimientos permanecían cerrados.
Sin embargo, algunos de estos comercios del denominado “Villacom” brindaban sus servicios al parecer de forma clandestina.
La nueva dinámica consiste en que el cliente aguarda fuera del establecimiento, en espera de su turno, mientras el negocio a simple vista parece estar cerrado.
Un empleado en la puerta se encarga de abrir y dar paso al comprador, para luego cerrar nuevamente el local. Así, cada quien agota un turno sin llamar mucho la atención.
Al percatarse de la presencia del equipo de este diario, algunos tomaban una postura disimuladora, otros lanzaban miradas amenazantes; y es que esta nueva modalidad de ofertar las mercancías podría resultar riesgosa, debido al estado de emergencia, en el cual sólo se autorizados a abrir negocios que expenden artículos de primera necesidad.
Entre los negocios que ayer practicaban las ventas a discreción, están algunas suplidoras y tiendas departamentales, en donde venden diferentes artículos para el hogar.
Desde el pasado lunes aumentó el flujo de vehículos y de personas en las calles del gran Santo Domingo.
A qué sale la gente
El dinamismo que se observa en las actividades diarias es notable. Las razones para salir de sus residencias son diversas: mientras unos salen a trabajar, otros lo hacer para abastecerse de alimentos e ir a los bancos. Algunos lo hacen en busca de diversos servicios.
Es el caso de una estilista, quien no quiso ser identificada, pero comentó que salió de su residencia para encontrarse con una clienta que la recibiría en su casa, ya que habrían cuadrado para que ella le arreglara el cabello.
Según la profesional de la belleza, había permanecido en su casa y cerrado su centro de belleza desde que inició la crisis sanitaria, pero debido a que no recibe ninguna ayuda se ve forzada a atender clientas por citas.
Algunos estaban en las calles en procura de artículos que no son de primera necesidad, como telas, enseres para el hogar o simplemente visitando un familiar o un amigo. Según varios de las personas abordadas, si se protegen no habrá problama en salir.
“Nosotros vamos a tener que aprender a convivir con este virus y no nos queda de otra que hacer nuestra vida normal”, expresó otra ciudadana,que prefirió no ser identificada, mientras compraba artículos para uso de la familia.