Hace casi dos años se dispuso que todo lo que se venda en el país debe leerse en el idioma oficial (en español)
A pesar de que hace nueve meses desde el Gobierno se advirtió que ningún producto importado podrá entrar al país sin las informaciones en español, todavía en las góndolas de muchos comercios se expenden bienes y mercancías en idioma inglés o de otro tipo.
Significa que si el consumidor no maneja esas lenguas, posiblemente no sepa ni lo que está comprando, ni lo que le están vendiendo. La lucha para que se lean en español las etiquetas de lo que se importa para luego comercializarse en República Dominicana viene de lejos, sin que se logre fiel cumplimiento del tema.
En el año 2009 la entonces Secretaría de Agricultura (actual ministerio), junto a otras instituciones del Estado y el sector ganadero privado iniciaron los trabajos sobre un plan que buscaba reglamentar en el país el etiquetado de los productos lácteos de origen nacional e importado. Pero ya se venían realizando esfuerzos desde el año 2017.
Los años que las autoridades han dado como plazo para que las corporaciones que introducen productos a República Dominicana se pongan al día con el etiquetado en español al parecer no han sido suficientes. El 14 de junio de 2016 el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, anunció que a partir de ese día entraría en vigencia la norma que obliga a que todos los productos, especialmente los lácteos, tengan un etiquetado en idioma español, que es el oficial para los dominicanos.
En lo que concierne al Registro Sanitario, se otorgó un tiempo de tres meses para que también llegara con su literatura en español.
En agosto de 2016, el Instituto de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) advirtió que vigila los principales establecimientos que comercializan productos nacionales o importados para que cumplan con las normas vigentes sobre etiquetado de productos previamente envasados. El etiquetado en español es de carácter obligatorio desde el día primero de agosto del año 2016. Quiere decir que en agosto de 2018 hará dos años desde que se estableció esa obligatoriedad en el país.
Todos los comercios tienen que dar fiel cumplimiento a la Nordom 53 (Norma Dominicana sobre el Etiquetado General de los Alimentos Previamente Envasados). Las leyes 358-05, sobre la Protección de los Derechos del Consumidor o Usuario, y la 166-12, del Sistema Dominicano para la Calidad (Sidocal), le confieren a Pro Consumidor la autoridad nacional de vigilancia del mercado. Por normativa se establece que los consumidores tienen derecho a la información veraz, oportuna, suficiente, verificable y escrita en idioma español de los productos ofrecidos en el mercado. Y eso incluye desde los productos lácteos y sus derivados hasta la totalidad de los comestibles que conforman la cadena alimenticia.
Varios compradores consultados por este diario favorecen que -tal como se establece por ley- es importante que en las etiquetas de lo que se compra aparezca en su contenido el nombre, la naturaleza del alimento, lista de ingredientes, contenido neto, peso, nombre, dirección del fabricante, envasador, distribuidor, importador, exportador o vendedor del alimento, idioma, números de registros industrial y sanitario, país de origen, identificación del lote, entre otras especificaciones complementarias, que revisten de gran valor e importancia.
A las amas de casa les inquieta
La situación de “etiquetado extranjero” no es exclusiva de los alimentos; también existen en otros idiomas distintos al español varios manuales para uso de electrodomésticos, en envases de cosméticos y hasta en el prospecto de productos medicinales, que es un papel impreso donde se explica sobre las medicinas. La presidenta de la Asociación de Comités de Amas de Casa, Ana Bertilia Cabrera, planteó que el Gobierno debe hacer hincapié en la norma (Nordom 53) y hacer que sea de mayor conocimiento de la población. “Esto se ha vuelto un mercado abierto. Nos hemos quejado varias veces sobre el peligro que representa el hecho de que se vendan cosas en idiomas que no es el nuestro y que la gente no entiende. El que trae el producto al país debe hacer la transcripción fiel al español para que la gente tenga el beneficio de saber todo sobre ese producto”, apuntó Cabrera.
Desde su punto de vista, eso debe hacerse extensivo a la parte de aparatos y maquinarias. Eso que sugiere Bertilia Cabrera coincide con lo externado por un grupo de personas consultadas sobre el particular en distintos puntos de venta, especialmente del Gran Santo Domingo (Distrito Nacional y provincia Santo Domingo). “A los importadores que no cumplan los requisitos sobre etiquetado lo correcto es retirarles las mercancías desde los puertos y no dejar que esos productos lleguen a los tramos de los negocios dominicanos. Hay que devolver esos productos a sus países de origen. Así se lograría que cumplan”, indican.
Esas personas han sido contactadas en distintos momentos y negocios, especialmente de la capital. “Eso de que el producto por venir del extranjero es bueno ya no aplica en este país en estos tiempos. El consumidor necesita saber el contenido de lo que compra”, indica Carmen Ramírez, residente en el sector Los Prados, de la capital.
El esperado comentario desde Pro Consumidor
Con el avance de la tecnología, al público consumidor en ocasiones solo le queda la opción de valerse de ellas para intentar traducir todo aquello que no se entiende sobre un producto equis que ha sido adquirido. Y cada vez se hacen más frecuentes las denominadas “tutorías” de YouTube, que son una suerte de asesoría en video sobre cómo hacer las cosas. Es así como mucha gente la logrado saber, por ejemplo, cómo armar una estantería o un juguete para niños.
Sobre este tema, elCaribe pidió varias veces una opinión a la directora de Pro Consumidor, Anina del Castillo, sin que hasta ayer tarde, cuando nuevamente se estableció comunicación con ella, se haya logrado. La presidenta de la Asociación de Amas de Casa, Bertilia Cabrera, aseguró que solo un reducido grupo de personas a los que les duele el tema del etiquetado se ha quedado dando seguimiento y muy preocupado con el mismo.