Con la ayuda de las observaciones de la sonda solar Parker de la NASA, científicos de la Universidad de Iowa (EE.UU.) lograron hacer las primeras mediciones definitivas del campo eléctrico del Sol y de cómo éste interactúa con el viento solar, la corriente rápida de partículas cargadas.
Después de que la sonda se acercara al Sol hasta una distancia de 0,1 unidades astronómicas (14,4 millones de kilómetros), los físicos pudieron calcular la distribución de los electrones dentro del campo eléctrico del astro. Se trata de la distancia más cercana a nuestra estrella jamás alcanzada por un aparato espacial.
Al analizar la distribución de los electrones, los investigadores discernieron el tamaño, la amplitud y el alcance del campo eléctrico del Sol con mayor claridad que antes. El campo eléctrico surge de la interacción de protones y electrones que se genera cuando los átomos de hidrógeno se desprenden en el intenso calor producido por la fusión en las profundidades de la estrella.
“El punto clave que yo destacaría es que no se pueden hacer estas mediciones lejos del Sol. Solo puedes hacerlas cuando te acercas. Es como tratar de entender una cascada mirando el río una milla río abajo. Las mediciones que hicimos a 0,1 unidades astronómicas, en realidad estamos en la cascada. El viento solar sigue acelerando en ese punto. Es realmente un entorno increíble en el que estar“, dijo Halekas.
A partir de las nuevas mediciones, los físicos también descubrieron que el campo eléctrico de la estrella ejerce cierta influencia sobre el viento solar, pero menos de lo que se pensaba. Según afirmó Halekas, “no es lo principal que da el impulso al viento solar”.