La ciencia francesa podría dar ahora un paso significativo. Luego de tantos ensayos fallidos para llegar a tiempo con una vacuna anti COVID-19, algo más demorados, en caso de avanzar, este proyecto sería un salto en la lucha para convertir la pandemia en una epidemia manejable.
El grupo de expertos del Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente de Francia (INRAE), que trabajo junto a sus pares de la Universidad de Tours, presentaron el jueves la patente de un nuevo tipo de vacuna candidata contra el coronavirus, un desarrollo que podría tener un rango de utilización más amplio que las actuales en el mercado.
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El proyecto de vacuna nebulizada, un logro francés luego de tantos retrasos, podría encontrar toda su utilidad dadas sus características originales. Es una vacuna basada en proteínas, pero no dirigida únicamente a la proteína Spike, que está sujeta a múltiples mutaciones. Este inyectable nasal suma otras proteínas mucho más estables, lo que le confiere cualidades de vacuna universal, es decir poco sensible a mutaciones.
Con éxitos previos en las investigaciones en animales, la segunda característica de esta vacuna, es su administración por vía nasal, en forma de nanopartículas capaces de adherirse a la mucosa de la nariz al ser administrada sin aguja, potencialmente mediante un spray.
En su nota de prensa publicada, el Instituto Nacional de Investigaciones Agroalimentarias y Ambientales del país, explicó que se trataría de un desarrollo de proteínas virales, encapsuladas sobre una base de almidón y lípidos. Este embalaje facilita su almacenamiento y uso. Sujeto a su seguridad, de amplio espectro, seria de sencilla aplicación en niños, pero también en todos los países donde la cobertura de vacunación es baja, en especial porque se puede almacenar en un refrigerador simple.
El mismo comunicado detalla que “la vacuna candidata a proteína anti-SARS-CoV-2 se basa en la experiencia del equipo de BioMap en el diseño de vacunas mucosas”, cuyos equipos “ya han logrado desarrollar una vacuna candidata eficaz para proteger a los monos de la toxoplasmosis”.
Según los investigadores, el modelo en desarrollo “permitiría ser protectora independientemente de las mutaciones virales y de la cepa de coronavirus circulantes”.
En un artículo publicado en julio en la revista Science, los investigadores Frances Lund y Troy Randall recuerdan que en comparación con las vacunas intramusculares, las intranasales muestran dos capas de protección suplementarias.
La primera son los IgA, un tipo de anticuerpos que ejerce un papel crucial en la función inmunitaria de las mucosas. La segunda son las células B y T de memoria, que residen en las mucosas respiratorias y forman una barrera particular ante la infección
Todas las señales son prometedoras para este proyecto. Desde el inicio, Biomap se ha beneficiado de la ayuda de muchos otros equipos para demostrar, in vitro y en ensayos con animales, que la vacuna candidata era efectivamente inmunogénica.
Especialmente en cuanto a su eficacia, las investigaciones han demostrado que no sólo protege frente a formas graves como las vacunas actuales, sino que también previene la transmisión del virus, cuya multiplicación bloquea desde la mucosa nasal. Por tanto, estas características la posicionan idealmente como una vacuna para la fase endémica de la enfermedad, con refuerzos a intervalos regulares.
En el caso de confirmarse su carácter “universal”, sería el único porque la otra media docena de proyectos de vacunas nasales contra el COVID-19 únicamente integran la proteína Spike, que las hará sensibles a mutaciones. “Si los resultados contra la variante Delta siguen siendo concluyentes, es demasiado pronto para comentar sobre Ómicron, explicó Isabelle Dimier-Poisson, directora de Biomap y ahora de LoValTech.
Además, en la presentación, los investigadores anticiparon que este spray nasal podría servir como una tercera dosis de vacuna, una dosis de refuerzo para fortalecer la inmunidad de ciertos pacientes.
El soporte industrial, a partir de los éxitos clínicos, ha trasladado el proyecto a la creación de la biotecnológica LoValTech. Para este emprendimiento, la nueva compañía recibirá un apoyo financiero estatal de casi dos millones y medio de euros, aunque deberá recurrir a otros fondos para completar los estudios preclínicos y producir los lotes clínicos.
Sabiendo que la realización de los ensayos de Fase I y II debería ascender a unos 35 millones de euros, la compañía estima que puede realizar estas etapas en solitario antes de buscar un socio farmacéutico para la Fase III, que debería costar diez veces más.
¿Cuándo podemos esperar un lanzamiento ? Los investigadores franceses, esperan comenzar la fase de producción a mediados de año para comenzar la fase clínica, etapa crucial de las pruebas en humanos. “Este paso, que permitiría saber si podemos generalizar su uso, podría tener lugar en la segunda mitad de 2022″ Por tanto, no debería realizarse una comercialización antes de 2023.
Fuente: INFOBAE