Santo Domingo.- El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor Jesús Castro Marte, advirtió que la Junta Central Electoral, la sociedad civil y los partidos políticos son fundamentales para que las elecciones del 2020 salgan limpias, con mucha transparencia y que “no haya juegos sucios”.
Entrevistado por el periodista Federico Méndez, en el programa Esferas de Poder, que se transmite los domingos de 8:00 a 9:00 de la mañana, por RNN Canal 27, exhortó a todos los sectores a unirse en procura de que todo salga en paz en las elecciones próximas.
“La República Dominicana ha cultivado la cultura de la trampa en las elecciones, eso es histórico, y yo pienso que éticamente no es correcto, tenemos que dejar la trampa porque no hay derecho tomar de relajo a un pueblo que en las primeras horas de la mañana se levanta y todavía tiene conciencia del voto y son responsables, para que dos o tres vengan por debajo, den dinero y comiencen a comprar la dignidad y la conciencia del pueblo dominicano”, enfatizó.
Castro Marte entiende nadie tiene derecho a manipular el proceso electoral con criterio mercantil, que a veces es un tema que se torna preocupante.
“Y ahí la Junta Central Electoral tiene que colocar fortaleza, principalmente en las mesas electorales, alrededor de las mesas, para que no sean manipulados los ciudadanos que quieren cumplir con su deber y su derecho de elegir a aquellos que ellos prefieren”, subrayó.
Castro Marte manifestó que los integrantes de la Junta Central Electoral son personas de mucha capacidad e integridad, que han asumido una postura de escucha a los partidos políticos y la sociedad civil.
Pero tanto las autoridades electorales, la sociedad civil y la población deben estar vigilantes frente a cualquier frente a cualquier realidad que se pueda producir.
Dijo que en el proceso electoral no pueden verse los intereses particulares ni el mercado, sino la expresión del pueblo que demostrará su civismo tanto en febrero como en mayo.
“Pero si las elecciones de febrero tienen dificultades, pueden tener dificultades las del futuro, es decir, que salgamos bien en febrero, que pongan todos los mecanismos necesarios para disipar cualquier duda”, acotó.
Expresó que tiene mucha confianza en el pueblo dominicano, “pero si se engaña la democracia, estamos engañando a un pueblo que valientemente fue a votar y se levantó temprano, y los pueblos no se toman de relajo”, dijo.
Recordó que a partir de enero y mayo, República Dominicana se encamina hacia elecciones congresionales, municipales y presidenciales.
“Tenemos que demostrar en este momento histórico calidad humana y dentro de esa calidad humana respetar todos los procesos electorales por aquellos vicios antiguos, como compras de cédula electoral, manipulación, disipar cualquier duda en ese proceso electoral”, argumentó.
El prelado exhortó a las autoridades electorales, los ciudadanos, la sociedad civil y los demás sectores se unan en una sola voz para que el país salga bien de las elecciones venideras.
“Es decir, que tenemos un presente y un futuro muy comprometedor y la República Dominicana tiene que unirse, unirse todos los sectores”, insistió el religioso.
“La comunidad internacional tiene que colocar los ojos en Haití”
El vicario del clero de la Arquidiócesis de Santo Domingo advirtió que la comunidad internacional tiene que colocar los ojos en Haití, porque la República Dominicana no puede resolver el problema que sufre el vecino país.
Consideró que el problema haitiano se resolverá cuando los países desarrollados hagan un esfuerzo humano y tengan sensibilidad social con el pueblo haitiano.
“Hemos hecho un esfuerzo sobrehumano, pero no podemos hacer más, ojalá que los países desarrollados busquen políticas serias, que traten de organizar estructuras social, de empresas, para que los haitianos allá tengan facilidades para trabajar”, acotó.
El religioso afirmó que República Dominicana y Haití son dos pueblos totalmente independientes históricamente y hay que mantenerlos de esa forma.
“La República Dominicana, cuando la hermana República de Haití ha tenido algunas dificultades, la hemos ayudado constantemente, pero hay que fortalecer la política inmigratoria, obligatoriamente porque nosotros los dominicanos no podemos cargar solos con el problema de Haití”, dijo.
Argumentó que en la frontera miles de mujeres haitianas son atendidos a nivel de salud y hay miles de trabajadores ayudando y transformando el país, por lo que de esta forma se expresa la solidaridad dominicana.
Sin embargo, advirtió que el país como nación es soberano y no puede permitir una inmigración masiva de haitianos.
“El crecimiento económico debe notarse en los marginados”
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo afirmó que la República Dominicana ha registrado un crecimiento a nivel económico, social y cultural, pero el mismo debe tener una visión humanística.
Monseñor Jesús Castro Marte considera que el crecimiento económico debe notarse en el rostro de miles de personas que viven en los sectores marginados.
“Necesitamos también que ese crecimiento se note en el ser humano, en la calidad de vida de miles de dominicanos”, adujo.
El prelado significó que desde las décadas de los 80 y 90 hasta la fecha República Dominicana ha tenido un crecimiento general, el cual “nos lleva a otras preocupaciones, que es la calidad de vida del pueblo dominicano”.
Expuso que se necesita calidad de vida en la salud, puesto que el año que transcurre “hemos tenido muchos problemas del dengue”, que según datos oficiales ha cobrado unas 40 vidas.
Indicó que en el sector salud, el país ha crecido con el desarrollo de hospitales, realidad que no se puede esconder, lo mismo que en el campo de la educación, con la asignación presupuestaria del 4%.
Sin embargo, dijo que el país ha quedado muy mal con las pruebas PISA entre evaluados de su sistema educativo.