Este martes será la inauguración del 75 Festival de Cine de Cannes. Pero este lunes, el Palais du Festival era un hervidero con todavía muchos metros de alfombras sin colocar en los pisos del Marché du Films, filas interminables para las acreditaciones y las salas de prensa sin las acostumbradas computadoras desde donde se transmite al mundo la buena nueva del cine.
La ciudad comienza a vivir. Porque Cannes sin el festival y otros eventos que realiza, es una ciudad muerta.
Hay calor, y hasta el sol pica. La gente se ha ido a la playa de la Croisette, y desde la parte trasera de los pabellones, entre ellos el de República Dominicana, los adolescentes se echan a nadar desde uno de los muelles que dan a la bahía, inusualmente desnuda de yates.
La pandemia y la guerra de Rusia han pasado cuenta al festival más importante del mundo y a la ciudad escogida después de la guerra para enarbolar un cine diferente al que blasonaba Venecia con la ideología de Hitler y Mussolini.
Entre las cosas coloridas que están por suceder está la presencia de unos de los diez más destacados tiktokers del mundo, probablemente como parte de una campaña titulada “Esto no es cine, esto es tik tok”, queriendo emular al séptimo arte.
Entre los hechos ocurridos este lunes previo al festival, en medio del fervor de las llegadas que comienzan a llenar las calles de viandantes y los cafés y los bares, y los restaurantes toman vida, está una polémica suscitada por una supuesta censura por parte del equipo de prensa del Festival de Cine a una entrevista realizada a Thierry Fremaux por un periodista de Deadlines, en la que le hizo algunas preguntas incómodas y fueron respondidas por el delegado general del festival como lo que es, un hombre de la cultura. Sin embargo, Deadline ha preferido no publicarla porque se ha contaminado.
Una de las preguntas tenía que ver con la posibilidad de que Roman Polanski regresara al festival, a lo que -siempre según Deadline- Fremaux habría dicho que las leyes en Francia no han cambiado. Sin embargo esta respuesta se había matizado después buscando lo políticamente correcto.
En fin, la polémica está servida y tiene que ver con censura y aprobación de copias de las entrevistas realizadas, etc. Y eso en un evento cultural no es bien visto. Y mucho menos en un hombre de cultura tan rigurosa, tan democrática y sólida como la de Thierry Fremaux. Parece que la cultura de la cancelación roza levemente el espejo donde se mira el Festival que supo suspenderse en el histórico mayo del 68, cuando la gente estaba tirada a la calle, exigiendo libertades, que increíblemente de algún modo podrían estar viéndose conculcadas ahora.
Cine que suena
Entre las películas que suenan bien hasta ahora está Armageddon Time, de James Gray, uno de los directores queridos por estos lados. Que vuelve con su obra más personal. Se trata de una historia sobre la mayoría de edad ambientada en Queens, Nueva York, en la cúspide de los años de Reagan, protagonizada por Anthony Hopkins, Jeremy Strong y Anne Hathaway.
Otra que interesa es Zhena Chaikovskogo (La esposa de Chaikovsky), de Kiril Serebrennikov, que tuvo que salir huyendo a residir a Francia después de seguir jugando y jugando con la cadena del mono de Putin.
El surcoreano Park Chan-wook después de estremecer con su trilogía en “Vengeance”, glorificó el thriller erótico con The Handmaiden (2016). Ahora regresa con Decision to Leave, filme donde un hombre muere al caer de la cima de una montaña, y el detective que dirige la investigación se siente atraído por la viuda de la víctima, cuyo aparente desapego la convierte en sospechosa.
Ir a: Cannes 2022: películas, noticias y críticas desde el Festival