Santiago.-La trama para asesinar a la escritora y abogada británica Lindsay Peta Feliz, orquestada por su esposo junto a su hijo y un amigo de éstos, fue cometida para retirar 20 mil pesos de la tarjeta de crédito de la extranjera.
Peta de feliz de 64 años, llevaba un tiempo residiendo en el municipio de Monción, provincia Santiago Rodríguez y había contraído nupcias con quien se convertiría en su verdugo, Danilo Feliz Torres, de 50.
En las pesquisas determinó que utilizaron una de las tarjetas bancarias de la hoy occisa, y sacaron de un cajero la suma de RD$20,000.00, dinero que su esposo dijo utilizaría diligencia en la búsqueda de su esposa desaparecida.
Las autoridades policiales y del ministerio público presumen que la acción criminal fue cometida en complicidad con Dani Alberto Feliz Martínez, dominicano, de 29 años de edad, hijo de Danilo Feliz y de Aquilino Rosario Sánchez (A) Zaya, de 37. Ambos residen en el barrio La Fe del municipio de Esperanza, provincia Valverde.
Lindsay Peta Feliz, fue reportada como desaparecida el pasado martes por su pareja sentimental, y su cuerpo encontrado por perros de la unidad canina de la Defensa Civil del municipio de Mao, enterrado a dos pies de profundidad en una zona boscosa, a unos 200 metros de distancia de la vivienda de la mujer.
La extranjera fue hallada envuelta en fundas plásticas de color negro, y dos fundas de alimentos para perros, una sábana de color amarillo, con decoraciones en azul celeste.
La inglesa residía en la comunidad de Cacique del Municipio de Moncion, provincia Santiago Rodríguez.
El informe médico certificó que falleció a consecuencia de insuficiencia respiratoria por comprensión de las venas del cuello. Indica que la cabeza estaba envuelta en otra funda negra con cinta adhesiva presionándole el cuello.
Para la desaparición el esposo y el hombre identificado como Zaya, dijeron que la dejaron en una parada de autobús del municipio de Navarrete, para que tomara un vehículo hacia Monción.
Ellos supuestamente continuarían hacia Juan Dolio en San Pedro de Macorís, lo que nunca sucedió.