El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, regresó este miércoles al país tras un negacionista discurso ante la ONU y dejó en Nueva York a su ministro de Salud, positivo de la covid-19 después de participar en diversos eventos de la Asamblea General.
El ministro Marcelo Queiroga, cuarto ocupante del despacho de Salud desde que irrumpió la pandemia en el país, hace 18 meses, dio positivo cuando la delegación se aprestaba a volver Brasil, después de que Bolsonaro defendió ante la ONU el uso de remedios de dudosa eficacia contra la covid-19 y se opuso al “pasaporte sanitario”.
Queiroga permaneció en Nueva York, donde cumplirá una cuarentena de 14 días, y aunque todos los sectores políticos manifestaron sus deseos de recuperación, desde la oposición se criticó lo que llegó a ser calificado de “irresponsabilidad internacional”.
En Nueva York, participó en diversas actividades oficiales, en una reunión de Bolsonaro con el primer ministro británico, Boris Johnson, y encuentros con otras personalidades, como la expresidenta chilena Michelle Bachelet, hoy alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
Además, circuló por el recinto de la ONU y las calles de Nueva York, en las que fue visto con Bolsonaro y parte de la delegación brasileña comiendo pizza en una acera, debido a que el mandatario no podía ingresar a restaurantes por no estar vacunado.
CRÍTICAS EN CÍRCULOS POLÍTICOS Y SILENCIO EN EL GOBIERNO
“Papelón”, “vergüenza” e “irresponsabilidad” fueron algunas de las palabras dirigidas a Bolsonaro en una comisión del Senado que investiga la gestión del Gobierno frente a la covid-19.
El grupo parlamentario debía concluir su trabajo a fin de mes, pero decidió extenderlo, pues tiene aún pendiente un interrogatorio a Queiroga y aguardará su regreso a Brasil.
En el Gobierno, absoluto silencio. Bolsonaro, siempre febril en las redes sociales, ignoró el asunto, igual que los miembros de su delegación.
Sólo un comentario del vicepresidente, Hamilton Mourao, quien negó que hubiese habido un “descuido” y dijo creer que Queiroga ya salió de Brasil portando lo que calificó de “bichito”.
UNA DUDOSA CUARENTENA PARA BOLSONARO Y SU COMITIVA
Casi al mismo momento en que Bolsonaro aterrizaba en Brasilia, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria subrayó en una nota enviada a la Presidencia las “recomendaciones” en vigor, que implican una cuarentena de 14 días para los 18 miembros de la comitiva, por haber estado en contacto con Queiroga.
Eso incluye al mandatario y a seis de sus 23 ministros, que le acompañaron a Nueva York y entre los que figuran los titulares de Relaciones Exteriores, Carlos França; Justicia, Anderson Torres; Medio Ambiente, Joaquim Leite; y Turismo, Gilson Machado.
Se extiende a la primera dama, Michelle Bolsonaro, y al diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del gobernante, pero en medios políticos se dudaba de su cumplimiento, sobre todo porque el mandatario ignora y critica desde el inicio de la pandemia todas las medidas preventivas sugeridas por la ciencia.
Horas después de llegar a Brasilia, fuentes oficiales dijeron a Efe que Bolsonaro mantenía su agenda oficial, que sólo incluía una reunión con un funcionario de la Presidencia por la tarde.
EL SEGUNDO VIAJE A ESTADOS UNIDOS CONTAMINADO POR LA COVID
En marzo de 2020, Bolsonaro había estado en Miami para reunirse con el entonces presidente de EE.UU, Donald Trump, y a su regreso se supo que su jefe de prensa en la época, Fabio Wajngarten, miembro de su comitiva, había dado positivo de la covid-19.
Como ahora en la ONU, Bolsonaro ya atribuía la crisis sanitaria a una “ficción” generada por la prensa global y afirmaba que existen “gripes que han matado mucho más”.
Para ese momento, Brasil registraba unos 80 casos de covid-19, sin muertes, y tenía cerca de un millar de pacientes sospechosos.
Tras el positivo de Wajngarten, fueron detectados otros contagios entre las delegaciones de Estados Unidos y Brasil, que son hoy tres de los países más afectados por la pandemia, junto con la India.
En Brasil, 18 meses después de aquella visita, los muertos ya superan los 591.000 y los contagios son más de 21,1 millones. EFE