Dentro del mundo de los yates, el Flying Fox firmado por el astillero alemán Lürssen es uno de los más exclusivos y también de los más caros. Recrea un mundo de lujo innovador que pocas embarcaciones se pueden permitir: su nivel es superior, incluso para las personas que lo tienen todo.
Pertenece a Dmitry Vladimirovich Kamenshchik, un multimillonario con un patrimonio de 3.370 millones de euros y en una ocasión fue alquilado por Jeff Bezos para viajar hasta Turquía y celebrar con Bill Gates su 66 cumpleaños.
El alquiler
Los lujos y la belleza del Flying Fox no están al alcance de todos los bolsillos por muy abultados que sean. Los nombres más importantes del mundo de los negocios y del cine pagan han tenido que pagar 3,55 millones de euros semanales para alquilar este yate.
Los invitados
El Flying Fox tiene capacidad para albergar a un total de 25 personas con todo lujo de comodidades. Los invitados tienen a su disposición un total de once elegantes habitaciones con todos los lujos propios de un hotel de cinco estrellas.
Centro de buceo
El Flying Fox cuenta con un centro de buceo profesional que incorpora una cámara de descompresión con capacidad para tres personas y la opción de bucear a profundidades de hasta cien metros.
Un spa de dos pisos
El spa tiene dos pisos y en sus 120 metros cuadrados se puede disfrutar de servicios como tratamientos faciales o masajes corporales. Cuanta con un centro de crioterapia y en el exterior, como complemento, hay una piscina de 400 metros cuadrados con hidromasaje que está dividida en zonas frías y calientes.
Las comodidades habituales del yate ruso Flying Fox
En este yate se ha llevado a cabo un uso más óptimo del espacio. Está compuesto por seis cubiertas repletas de comodidades que nunca antes se han visto en ninguna otra embarcación y tampoco le faltan las más comunes como gimnasio, sauna, jacuzzi, una sala de cine o un par de helipuertos.
Pista de baile
Las mejores vistas se obtienen desde la sexta cubierta, ubicada a una altura de treinta metros. Una zona que también se puede convertir en el escenario de inolvidables fiestas ya que el gran solarium se puede transformar en una pista de baile.
Un amplio staff
Dentro de la tripulación hay un médico permanente para el hospital que hay a bordo y existe la posibilidad de contratar un chef que encontrará, a su disposición, una cocina exterior ubicada en la cubierta del puente de popa viene y equipada con un asador, un horno de pizzas…