La Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD) advirtió este jueves a través de su vicepresidenta Circe Almánzar que si se vuelve a hacer lo mismo que se ha hecho en el pasado y que se hizo en 2012, en materia de reforma fiscal, el país caerá en el mismo problema.
“Y vamos a tener el eufemismo de que vamos a subir los ingresos fiscales, pero no los subimos… Siempre se dice que la reforma es 1.2 por ciento del producto interno bruto, pero cuando venimos a ver la presión tributaria no sube, porque lo que estamos haciendo no necesariamente resulta en nuevos ingresos, sino que resulta en mayor evasión y en mayor informalidad, porque estamos cargando a los mismos que ya pagan sus impuestos o porque no estamos buscando los mecanismos para lograr realmente ser más efectivos”, planteó Almánzar, entrevistada en Despierta con CDN.
La presión tributaria a la que se refiere se define como la cantidad de dinero que recauda el Estado a través de los impuestos que cobra desde la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), la Dirección General de Aduanas (DGA) y la Tesorería Nacional. En el caso local es baja, especialmente si se echa una mirada extensa hacia otras naciones.
Entre los años 2010-2021 la presión tributaria de 34 países miembros de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) promedió el 41 %, mientras que 17 países de América Latina presentaron una presión promedio de 23.9 %, para una diferencia de 17.1 puntos porcentuales. En el caso particular de la República Dominicana, la presión tributaria promedio fue de 14.1 %, superando solamente a Costa Rica, que registró 13.6 %, y Guatemala que tuvo una presión tributaria de 11.4 % durante la serie histórica en cuestión.
Este promedio es inferior en 9.8 y 26.9 puntos porcentuales al promedio de los países de la región y de los países miembros de la OCDE, respectivamente.
“Aquí todo el mundo está halando para su lado… que no me toquen aquí y que no me toquen allá. Nadie quiere que le pongan impuesto, que le toquen. Es normal que nadie quiera discutir impuestos, pero nosotros no queremos caer en esa trampa”, advirtió la dirigente empresarial, dejando claro que lo correcto es que el tema se discuta dentro del Consejo Económico y Social, como manda la Estrategia Nacional de Desarrollo, una ley que ordena la realización de tres pactos: El eléctrico, el educativo y el fiscal. En definitiva, lo que buscan evitar los industriales es que se haga “una cosa a la carrera, fuera y distinto de lo que se esperaba que fuera, incluyendo la forma de discusión y el escenario para esa discusión.
“No es el momento para una reforma fiscal apresurada. Tenemos que hacer mejor las cosas porque lo que hemos estado haciendo no ha funcionado como debe funcionar”, insistió Circe Almánzar.
¿Qué ocurrió en 2012?
Cuando Circe Almánzar pide no repetir lo que se hizo hace casi diez años (era el primer gobierno de Danilo Medina en 2012, Partido de la Liberación Dominicana), se promulgó la Ley 253-12 sobre el Fortalecimiento de la Capacidad Recaudatoria del Estado para la Sostenibilidad Fiscal y el Desarrollo Sostenible.
Para entonces se aprobaron una serie de impuestos y aumentos de tasas, incluyendo algunas que han quedado sin aplicación y en los presupuestos que se elaboraron entre los años 2014 y 2021, las autoridades responsables de aplicarlos comunicaron al Poder Legislativo que no los cobrarían.
En los diferentes años, luego de que se promulgó la Ley 253-12, se ha identificado el impuesto a la placa y el monotributo, entre otros, como algunos de los que podrían fijarse. “Resulta que tenemos 14 % del PIB en un momento, que es donde hemos llegado más alto, y luego volvemos a bajar, pero siempre estamos haciendo una reforma del 2 % del producto interno bruto. Hay que hacer lo que manda el librito desde hace tiempo y ver cuáles son los problemas del aparato fiscal dominicano”, expresó.
Y agregó que República Dominicana tiene una estructura tributaria compleja y que eso se ha reiterado en diversas ocasiones, sin que nadie se apreste a discutir los procedimientos de recaudación. “Hay que buscar la forma de hablar con profundidad y no con esa mirada de corto plazo, de que vamos a necesitar por tres años más dinero”, dijo.