Santiago. La vida y obra de monseñor Agripino Núñez Collado, como sacerdote, educador y mediador por excelencia, fue honrada durante la última misa del novenario por su descanso eterno.
La misa, oficiada en la Parroquia Universitaria Nuestra Señora de la Anunciación, donde descansan sus restos, fue presidida por monseñor Nicanor Peña, obispo emérito de Higuey, y concelebrada por los obispos José Dolores Grullón, Alfredo de la Cruz Baldera, Tomás Morel Diplán, Valentin Reynoso, y otros sacerdotes y diáconos.
Durante la homilía, el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Tomás Morel Diplán, dio gracias a Dios por la vida, la acción, la presencia de monseñor Agripino Núñez en la tierra, así como por todo lo que dejó a lo largo de su trayectoria.
El padre Secilio Espinal, rector de la PUCMM, agradeció la solidaridad, muestra de afecto y reconocimiento a monseñor Núñez Collado, hacia la universidad y a sus familiares, así como a quienes han destacado sus dimensiones de quien siempre estuvo presto a extender una mano en busca de soluciones para el bienestar del país.
En representación de la familia habló Ramón Núñez Collado, quien tras dar gracias a Dios por la vida y obra de monseñor Agripino, agradeció las muestras de solidaridad y apoyo que han recibido durante todos estos días, las que según él, han sido reconfortantes en estos momentos en que despiden a su querido hermano. Agradeció a la universidad por abrir sus puertas y corazón sin reserva para que descanse para siempre en la que fue su casa amada.
Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, al dirigirse a los presentes, contó algunos testimonios de episodios vividos junto a Núñez Collado, a quien sucedió en la rectoría de la universidad. “Me dijo estoy siempre y estaré con usted en lo que me necesite, y en lo que no me necesite estaré lo más lejos posible”.
El mayor general Jorge Zorrilla Ozuna, quien lo unía una gran amistad con el fallecido sacerdote, también valoró la obra de monseñor Agripino como gran mediador.