No fue un día tan dinámico como en años anteriores, pero los negocios recibieron ayer un mayor flujo de compradores
Pese a la situación provocada por la COVID-19, ayer las personas no dejaron de asistir a las tiendas y otros comercios, para aprovechar las ofertas de los artículos por la celebración del Viernes Negro o “Black Friday”.
Comercios de variados tipos del Gran Santo Domingo abrieron sus puertas a tempranas horas para acoger a los clientes que acudieron en busca de productos, equipos o mercancías.
La afluencia no fue posiblemente la misma que años anteriores, tomando en cuenta que el contexto es otro por la crisis sanitaria. Pero en todo caso, hubo establecimientos en los que el movimiento fue importante, elevado.
En un recorrido por plazas comerciales y tiendas, entre ellos, Plaza Lama, Almacenes Unidos e Inova Centro, se recogieron distintas impresiones, tanto de ofertantes como de compradores, relativas al tema de los precios, así como a los productos de mayor demanda en la ocasión.
Varios clientes señalaron que las ofertas establecidas les parecían no muy justas, pero que en muchos casos los descuentos son aceptables.
Uno de ellos fue Ramón Ferreira. Comentó que se sentía inconforme, porque las rebajas de los artículos solo se hacían efectivas si el cliente obtenía una tarjeta de crédito específica. De no poseerla, entonces debía cargar con un precio más elevado para poder realizar la compra.
“Vine a comprar un equipo de música que está en 69 mil pesos, pero con una tarjeta de crédito me le rebajan un 20 por ciento.
Sin la tarjeta cuesta 70 mil; no le veo ninguna diferencia de lo que están descontando al artículo”, indicó. Y agregó: “No puedo comprar el radio porque pensé que me costaría 55,000 pesos”.
Estados Unidos ha venido celebrando por años el “Viernes Negro”, en el que se aplican rebajas de precios en los principales comercios.
La celebración se da el último viernes del mes de noviembre, que se celebra un día después del Día de Acción de Gracias. Esa jornada de compras se ha extendido a prácticamente todo el mundo.
En República Dominicana se ha ido asumiendo esa costumbre con el paso de los años.
Para muchos, el Viernes Negro se considera como el día que se inaugura la temporada de compras navideñas, con rebajas tanto en tiendas minoristas, como grandes almacenes, que personas de diversos estratos sociales suelen aprovechar.
Sandra Almánzar es otra de las clientes que ayer se encontraba en un establecimiento comercial y dijo que el motivo de su visita fue para buscar una licuadora, ya que la había visto en oferta, pero al llegar al lugar observó que la realidad era otra, pues el precio era más elevado.
Su opinión fue parecida a la de Ramón Ferreira. A ambos les llamó mucho la atención que se haya publicado unos precios de ofertas y que luego las mercancías tuvieran otros más altos, en adición a que la rebaja se condicionó al hecho de que haya que pagar con una tarjeta equis.
Algunos clientes, como Sandy de los Santos, optaron por comprar piezas para el baño de la casa. Acudió a Almacenes Unidos, en la capital. “Las ofertas que hay son iguales a las de siempre”, indicó, cuando se le preguntó sobre la cuestión.
Sin embargo, otros clientes consultados expresaron sentirse cómodos con los precios.
La advertencia que debió hacer Pro Consumidor
Por lo ampliada que es la gama de ofertas, de ofertantes y de clientes cada Viernes Negro, hace varios días el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), advirtió a los comerciantes que debían cumplir con sus obligaciones y responsabilidades establecidas en la Ley 358-05 de Protección al Consumidor. Eso abarca a las agencias publicitarias. La idea es concientizar, promover y fomentar una cultura de publicidad responsable en la promoción de los productos o servicios que se oferten en la citada fecha. En 2018 las compras virtuales durante el Black Friday aumentaron un 13% en República Dominicana y un 18% en el Cyber Monday, de acuerdo a un análisis de Visa, líder mundial en pagos digitales.
La queja
No siempre hubo satisfacción. La queja es que las compras estaban condicionadas a la posesión de una determinada tarjeta.