El 13 de diciembre de 2020, la venezolana de 23 años perdió la vida tras ser arrollada por un conductor que se dio a la fuga. Su familia pide justicia
María Andreina Pernalete salió de Venezuela a sus 20 años con una mochila llena de sueños por cumplir; en búsqueda de oportunidades y una mejor calidad de vida, como lo han hecho muchos otros venezolanos debido a la crisis política, social y económica que vive ese país.
República Dominicana se convirtió para ella y su hermano David Alejandro, en su nueva casa. Cuando María Andreina llegó, el 19 de noviembre del 2017, comenzó a cumplir sus metas en el mundo de los tatuajes, labor a la que se dedicaba con mucha pasión desde temprana edad.
En su vida todo marchaba bien. Contaba con un hermano que la adoraba, unos padres atentos y amorosos (a pesar de la distancia), salud, trabajo, muchos amigos y felicidad, hasta que el calendario marcó la fecha 13 de diciembre del 2020. Ese domingo el país contaba con un toque de queda de 7:00 de la noche a 5:00 de la mañana (debido a la pandemia). Próximo a este, cuando el reloj marcaba las 6:40 de la noche, María Andreina, ya de 23 años, se trasladaba a su casa después de un día de trabajo.
Para ello, abordó un motoconcho de confianza con quien se desplazaba con frecuencia. Mientras se movilizaban por la avenida Rómulo Betancourt con calle D, un vehículo de color azul y a alta velocidad los embistió dejándolos tirados en el pavimento. Ella fue lanzada con mucha fuerza por el vehículo, cuyo conductor nunca se detuvo, y aunque se aferró a la vida, el 14 de diciembre perdió la batalla tras sufrir dos paros cardiacos.
“En su mochila traía a República Dominicana una máquina para tatuar, porque era tatuadora. Al tiempo de llegar, encontró la oportunidad en una tienda para realizar su arte. Comenzó a hacer su nombre muy rápido, porque era una artista muy buena. Estaba en “la cresta de la ola”, como decimos, pero lamentablemente ese accidente le arrebató la vida”, compartió su madre Moraima Peñaloza Vásquez, quien hasta la fecha vive ese momento como el primer día, pero con la esperanza de que las autoridades dominicanas investiguen el caso y den con el responsable.
¿Cómo se entera?
Moraima nunca apagaba el celular, porque tenía dos hijos en el extranjero, de quienes estaba siempre atenta. Ese día trágico, su teléfono se le descargó por la falta de electricidad, nunca imaginó que durante esas horas algo terrible estaba pasando.
“Cuando me levanto a las 6:00 de la mañana, veo unas llamadas perdidas de mi hijo David Alejandro las cuales realizó a las 3:00 de la mañana. Él me explica: “María Andreina tuvo un accidente”.
Pero mi hijo me contaba lo que pasó con precaución, evitando que la noticia nos provocara la muerte a uno de nosotros también”, contó Moraima.
Siguió narrando: “Yo no lo dejé que terminara de hablar, porque cuando me dijo que le dieron dos paros cardiacos, le pregunté: “David, ¿mi hija se murió?, e inmediatamente me dijo: sí mamá”.
Esa era la noticia que nunca pensó que recibiría. Cayó en shock y no encontraba qué hacer. “Caminaba de un lado a otro. Era diciembre. No teníamos dinero, ni pasaporte, ni visa, y mi hija estaba muerta”, relató visiblemente afectada.
¿Qué le dicen las autoridades?
Mientras los padres de María Andreina buscaban la forma de llegar a República Dominicana, David Alejandro, quebrado en mil pedazos, se movilizó en todos los procesos.
“Pienso que falta unir esfuerzos. Hay falta de voluntad, porque no tenemos dinero. Sé que en el país hay equipos de alta tecnología, porque pudieron dar con el modelo del vehículo que atropelló a mi hija; ese que le quitó su vida y sus sueños. Ese día se cortó nuestra ilusión y nuestra esperanza de tener nietos, de verla casada y vestida de blanco, como siempre soñé. De que ella me enterrara a mí y no yo a ella”, manifestó Moraima, también pidiéndole al presidente Luis Abinader que intervenga en este caso.
Hasta la fecha las respuestas que ha recibido la familia Pernalete- Peñaloza es que ellos no saben quién pudo ser el conductor. “Pienso que no hay voluntad por parte de las autoridades, porque he visto muchos casos resolver después del de mi hija. Quiero justicia, porque hoy fue a mi hija, mañana puede ser la suya”.
“Fue un ser humano que murió ese día. Que tenía familia, proyectos, sueños, era una niña. Acababa de cumplir 23 años. Puedo entender que haya sido un accidente, que la persona se haya asustado, pero lo que no puedo entender es que no haya ayudado, que no quiera aparecer y decir lo que pasó”, puntualizó.
“Estaba feliz de que ellos estuvieran felices aquí. Mi esposo y yo teníamos planes de llegar en el 2021 a RD a reunirnos como familia, pero no en las condiciones en las que vinimos. Ella había comprado una estufa, un microondas… porque me decía: “mamá quiero que tengas todo, para cuando vengas estés tranquila y feliz”. Lo que siempre habíamos soñado los cuatro. Era un sueño de cuatro, no un sueño de tres”, indicó Moraima.
Palabras de Moraima para el responsable
Moraima siempre anhela en que llegue el momento en que el responsable se ponga en su lugar. “Y si hubiese sido a él a quien mi hija se lleva por delante, ¿cómo estuvieran su madre, su esposa, sus hijas, su familia? Además, ¿dónde está la empatía de las autoridades por nosotros como familia? Porque a nueve meses de que mi hija partió, no lo han hecho todo”, dijo con firmeza sobre el caso. “Que Dios lo perdone. Este es el momento para honrar la memoria de mi hija entregándose y decir: “Fui yo”. Puedes hacer cosas malas, pero cuando tú te arrepientes, Dios te perdona”, puntualizó Moraima para quien, a pesar de su situación, dice que su corazón se quedó en esta hermosa tierra que hizo a su hija tan feliz.