Simposio.- Los días 22 y 23 de octubre la Escuela de Crítica e Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) llevará a cabo la XIII edición del Simposio de Historia y Crítica de Arte, bajo el título “La crítica de arte en el tercer milenio”, en homenaje póstumo al artista plástico, investigador, historiador y crítico de arte de arte dominicano Danilo de los Santos.
El evento tendrá lugar en el Auditorio Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde se desarrollarán una serie de conferencias por parte de destacados especialistas en el área de la crítica, la curaduría de arte y la gestión cultural.
Para conocer mayores detalles en relación a esta importante actividad, nos acercamos al doctor Fidel Munnigh, Director de la Escuela de Crítica e Historia del Arte de la Facultad de Artes de la UASD.
L.C. Al acercarnos a esta XIII edición del Simposio de Historia y Crítica de Arte, ¿qué novedades encontramos y qué aspectos lo diferencian de otras entregas?
F.M. La novedad es en sí su decimotercera edición. El simposio se destaca por su continuidad, la calidad y el nivel de las ponencias y de los ponentes. En términos concretos, siempre nos hemos interesando por los problemas más relevantes en el ámbito de la historia y la crítica de arte, además del análisis de la curaduría de arte como especialidad.
Más que un cambio hay una continuidad en la temática y la línea de pensamiento. Nuestro lema es continuidad y mejoramiento. Ya antes se había hablado de crítica de arte, de estética, ahora queremos ver todo eso desde una perspectiva más amplia. Queremos repensar la condición de la crítica de arte en este nuevo siglo, en el tercer milenio, su relación con el mercado del arte, las nuevas determinaciones y el papel preponderante, casi dictatorial, del mercado que parece suplantar hoy al crítico. También estudiar los nuevos dispositivos que existen en la determinación del valor estético, material y económico de la obra de arte en las cotizaciones, y la reivindicación de la crítica de arte en nuestro país. Y, desde luego, el papel y la responsabilidad social del crítico de arte, así como las diferentes prácticas de la crítica, como es el caso de la crítica académica, la pedagógica y la periodística, como las conceptualizaba Pedro Mir.
La idea es que se expanda el papel y la función de la crítica de arte en la formación de la ciudadanía, en sentido amplio, no sólo la crítica de arte relacionada con las artes visuales, sino más allá, de manera que logre alcanzar otros géneros y disciplinas.
L.C. ¿Dónde entiende usted que se centra la importancia del evento?
F.M. Lo importante del simposio es que siempre atiende a un tema pertinente, un tema palpitante de la contemporaneidad relacionado con el arte y la cultura. Siempre se procura plantear una cuestión que esté en el tapete, en el debate, sobre la base de un marco conceptual serio que promueve el diálogo libre, abierto y crítico de las ideas estéticas y artísticas, obviamente bajo supuestos académicos que establece nuestra Escuela de Crítica e Historia de Arte.
L.C. ¿En qué perspectiva se motorizan esos supuestos conceptuales que arroja el simposio y a quién va dirigido?
F.M. El simposio se orienta siempre desde una perspectiva integral, por supuesto académica en primer término, pero va más allá de ello, pues asume una perspectiva interdisciplinaria. Va dirigido a aquellos que intervienen en la crítica de arte, pero también en la educación artística y en la pedagogía visual. Nos hemos cuidado de un “especialismo” que se torne elitista y excluyente. En este evento participa un público amplio y plural, interuniversitario y extrauniversitario: docentes, estudiantes, artistas, críticos, historiadores, investigadores del arte, curadores, galeristas, representantes de museos y centros de bienes culturales, y público en general.
L.C. ¿Cómo es la participación de los estudiantes en el marco del simposio?
F.M. Los estudiantes no tienen tan arraigada esa cultura de ir a congresos y conferencias, cuesta llevarlos allí, hay que motivarlos constantemente. Sin embargo, su asistencia y participación en el simposio es cada vez mayor. Hay un creciente interés por los temas tratados allí. Claro, hay que tomar en cuenta que no se trata de un evento propiamente “artístico”, creativo, como otros, sino más bien reflexivo. Pero uno como educador tiene que ser un motivador constante de los jóvenes.
El simposio, en su breve pero rica historia de doce años consecutivos, siempre se ha preocupado por incluir a los estudiantes. Ellos participan en algún panel, performance, alguna práctica. Por citar un ejemplo, en la pasada edición, dos egresados de nuestra escuela, Gustavo Pérez y Nadia Lugo, comunicaron al público su experiencia en un proyecto curatorial denominado “Curando Caribe”.
La idea es irlos involucrando cada vez más en los equipos logísticos. Este año, por ejemplo, contamos con la participación de una egresada de la escuela, la artista visual Evelyn Lima, quien nos va a hablar del campo ocupacional del historiador y del crítico de arte en la República Dominicana.
L.C. Cómo se realiza la convocatoria tanto para los ponentes como para el público?
F.M. Primero se tramita el apoyo del decanato, porque es un evento institucional. Una vez el consejo directivo del decanato lo aprueba, entonces se solicita el apoyo de la rectoría y de todas las autoridades y los organismos universitarios. A partir de ahí se hacen todos los trámites para imprimir el material de divulgación y organizar el evento. También se informa a los profesores y estudiantes, y luego la convocatoria se torna más abierta a través de la prensa y las redes sociales.
Contamos con el apoyo logístico del departamento de comunicaciones de la Universidad, que se encarga de diseñar la línea gráfica. De manera que la convocatoria funciona primero a lo interno y luego se expande al público, teniendo en cuenta a especialistas, al personal de museos, galerías y centros culturales, a estudiosos y amantes del arte y la cultura.
L.C. Cómo se escoge el tema para cada simposio?
F.M. El tema se elige por comité. Se toman en cuenta las inquietudes del público, de los profesores y los estudiantes. Y, por supuesto, se intenta “leer” los temas de nuestro tiempo. A partir de ahí se proponen temas posibles, se elige uno de entre varios, se elabora el marco teórico y se sugieren subtemas dentro de un eje temático central.
El simposio es un evento muy inclusivo y participativo.
L.C. ¿Se ha pensado en la internacionalización del simposio?
F.M. De hecho, el evento empezó denominándose “simposio internacional”. Desde sus primeros años contó con la presencia de conferencistas internacionales. En cada simposio han participado ponentes de otros países. Siempre hemos tenido invitados extranjeros: españoles, cubanos, puertorriqueños, mexicanos, venezolanos, norteamericanos… Lo importante es ese carácter internacional abierto que tiene.
L.C. ¿Suelen publicarse las ponencias del simposio?
F.M. Ojalá se pudiera. Esa ha sido una de sus debilidades, porque no hemos podido contar con presupuesto para ello. También pasa que muchas veces los ponentes no entregan su material o solo ceden una parte. Lo que sí se hace es una relatoría oral y visual de cada edición. Uno de nuestros objetivos es publicar todo el material de este simposio.
Para terminar sólo quería expresarte que el ya tradicional Simposio de Historia y Crítica de Arte es el eventual anual más importante de la escuela y el de mayor proyección en nuestra sociedad. Con él consolidamos nuestra escuela, la escuela del pensamiento sensible.