WASHINGTON (AP) — El exdirector del FBI James Comey arremete contra el presidente Donald Trump en su nuevo libro, donde lo describe como poco ético y “desconectado de la verdad” y señala que su mandato es “motivado por el ego y se centra en la lealtad personal”.
Comey reveló nuevos detalles sobre sus encuentros con Trump y sobre su propia toma de decisiones durante la investigación del correo electrónico de Hillary Clinton antes de la elección presidencial de 2016. Retrata a Trump como una figura parecida a un jefe de la mafia que trata de borrar las fronteras entre la aplicación de la ley y la política, y afirma que el presidente trató de presionarlo respecto a su investigación sobre una presunta interferencia rusa en el proceso electoral por la presidencia estadounidense.
El libro se apega al testimonio público de Comey y a las declaraciones por escrito sobre sus contactos con el presidente durante los primeros días de su gobierno y a su creciente preocupación respecto a la integridad de Trump. También incluye comentarios sorprendentemente personales que sin duda irritarán al presidente.
Comey, quien tiene 2,03 metros (seis pies y ocho pulgadas) de estatura, describe a Trump como un tipo más bajito de lo que esperaba con una corbata “demasiado larga” y “con medias lunas de un blanco brillante” bajo sus ojos que él insinúa se deben a las gafas para bronceado. También indica que trató deliberadamente medir la mano del presidente, y dijo que era “más pequeña que la mía pero no parecía inusualmente chica”.
El libro, “A Higher Loyalty” (Una Lealtad Superior), saldrá a la venta la próxima semana. The Associated Press compró un ejemplar esta semana.
“La presidencia de Donald Trump amenaza mucho de lo bueno que tiene esta nación”, escribe Comey, quien describe al actual gobierno como un “incendio forestal” que no puede ser contenido por los funcionarios de ética dentro de la administración.
Comey también describe a Trump pidiéndole que considere investigar una escabrosa afirmación que involucra al presidente y a prostitutas rusas orinando en una cama en un hotel en Moscú. Trump ha negado categóricamente la afirmación, y Comey dice que parecía que el presidente quería que fuera investigada para tranquilizar a su esposa, Melania Trump.
Trump despidió a Comey en mayo de 2017, desatando una lucha en el Departamento de Justicia que llevó al nombramiento de Robert Mueller como fiscal especial que supervisa la investigación sobre la presunta interferencia rusa. La pesquisa de Mueller se ha expandido hasta incluir si Trump obstruyó la justicia al despedir a Comey, una idea que el presidente rechaza.