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Venezuela entera confiaba en ver a la triplista Yulimar Rojas brillar en París 2024 y convertirse, además, en la primera atleta venezolana dos veces campeona olímpica. Pero eso ya no podrá ser, al menos no en este ciclo.
La reina del Salto Triple, que esperaba disputar sus terceros Juegos Olímpicos consecutivos, sufrió una lesión en el tendón de Aquiles y debió pasar por el quirófano el jueves 11 de abril. Este tipo de cirugías normalmente lleva a una recuperación de entre cuatro y seis meses, lo que supone que podría volver a la arena más o menos en septiembre.
“No podré participar en los Juegos Olímpicos… Con mucho dolor y tristeza les quiero contar que entrenando, a la recepción de un salto, tuve un dolor intenso que se traduce a una lesión en el tendón de Aquiles izquierdo”, explicó Yulimar, en un comunicado compartido en sus redes sociales.
“Mi corazón está roto, también quiero disculparme por no poder representarlos en París… Han sido horas muy complejas”, sostuvo.
La intervención de la campeona olímpica se realizó en el CEMTRO clínico Madrid y estuvo a cargo del Dr. Pedro Guillén, uno de los más importantes del mundo.
La lesión de Yulimar: un golpe duro para los venezolanos
La ausencia de Yulimar Rojas, siete veces campeona del mundo, es un golpe duro para la delegación venezolana y para el atletismo en general.
La venezolana rompió el récord mundial en los Juegos Olímpicos de Tokio con aquel inolvidable salto de 15.67 metros y desde entonces no ha hecho más que perseguir el sueño de ser la primera mujer en saltar los 16 m. En el Mundial de Pista Cubierta, Belgrado 2022, se acercó con el 15,74 m e impuso una nueva marca.
Así, verla saltar 16 metros en París se volvió un sueño, un anhelo para Venezuela y el mundo. Yulimar Rojas no era solo la apuesta segura del país suramericano por el oro olímpico, sino la cara y el corazón de la delegación.
Renunció a los Juegos Panamericanos, Santiago 2023, y al Mundial de Pista Cubierta, Glasgow 2024, para concentrarse en la máxima cita. Pero el deporte le ha jugado una mala pasada. Y ahora superar el trago amargo y concentrarse en su recuperación es único que queda por hacer.