Tal vez éste sea el año en que los Warriors no llegarán a la final de la NBA como representantes de la Conferencia del Oeste. Son un hospital ambulante, comenzarán los playoffs sin lucir afinados y sin Stephen Curry, y parecen lejos de la calidad que muestra Houston, el equipo que sí mete miedo ahora.
Pero los Warriors podrían recuperar su vieja peligrosidad una vez que Curry se reponga de una lesión de rodilla, lo cual ocurriría en la segunda ronda de la postemporada.
Y James ha jugado las últimas siete finales de la NBA, así que nadie sabe mejor que él como jugar en los playoffs, sin importar el sitio que ocupe su equipo en la programación regular.
Además, los otros clasificados arrastran una serie de antecedentes decepcionantes. Ni el entrenador de Houston, Mike D’Antoni, ni su astro James Harden, se han coronado jamás. Y Chris Paul no ha avanzado siquiera a la segunda ronda.
Los Raptors lograron la mejor campaña regular en su historia, pero su última aventura en postemporada cesó en apenas cuatro encuentros ante James y los Cavs en la segunda ronda, el año pasado.
Golden State se mide el sábado a San Antonio, que ocupó el séptimo sitio del Oeste, en el duelo que pondrá en marcha los playoffs. Luego, los Raptors chocarán contra los Wizards de Washington, que fueron octavos del Este.
Miami, sexto del Este, tendrá frente a sí a Filadelfia, que quedó tercero. Y acto seguido, Portland y Nueva Orleáns se enfrentan en otro duelo entre tercero y sexto, pero del Oeste.
El domingo, el séptimo Milwaukee visita al segundo Boston y los Cavs reciben a los Pacers de Indana, quintos del Este. En el Oeste, Utah jugará en Oklahoma City, en un enfrentamiento entre quinto y cuarto del Oeste.
Los Rockets cierran la actividad de fin de semana, midiéndose a Minnesota, que recién conjuró la sequía de playoffs más larga en la NBA. Los Timberwolves no avanzaban a estas instancias desde 2004.