Pasadas las diez de la mañana (hora de República Dominicana) del 31 de diciembre de 2016, año que acaba de irse, ocurrió en Japón lo que había advertido: Una derrota del boxeador dominicano Jonathan Guzmán.¡Una derrota que no fue sorpresa! Porque no es sorpresa algo que antes se haya advertido. Y fue lo que expuse: Que Jonathan Guzmán, entonces campeón mundial del peso supergallo -avalado por la Federación Internacional de Boxeo, FIB- se arriesgaba a perder su cinturón ante el japonés Yukinori Oguni.
Después de mi advertencia, conversé con el promotor César Mercedes y le dije que Guzmán no tenía necesidad de volver a Japón a poner en disputa el campeonato de las 122 libras que había ganado, en forma contundente, cuando enfrentó -en el mismo Japón- al local Shingo Wake a quien despachó por nocaut.
Comenté, además que “un rayo no cae dos veces en el mismo lugar”. Es decir, que Guzmán, aunque la paga que iba a recibir (creo que unos 170,000 dólares) por hacer la primera defensa del título supergallo de la FIB, no era óbice para aceptar realizar nuevamente el viaje al lejano país asiático.
El diario elCaribe, bajo la rúbrica de este servidor, dio a conocer -en primicia- la negativa noticia para el boxeo profesional de República Dominicana. Comencé la crónica con estas líneas: “El boxeador dominicano Jonathan Guzmán no pudo reeditar la historia escrita hace seis meses. Hoy cayó derrotado ante el japonés Yukinori Oguni”.
Conocer el negocio
Hay que conocer el negocio del boxeo para no cometer errores que después tienen que pagarse con dinero al tiempo de que quienes son apoderados de boxeadores deben saber dirigir a sus clientes.
Respecto a Guzmán, una pregunta: ¿Quiénes son los culpables de esa derrota? Primero, el propio Jonathan Guzmán quien, aunque sus peleas dependen de sus apoderados, debe saber cuál escenario le conviene ya cuando es un titular del Guzmán, quien sufrió su primer revés en 23 peleas profesionales (sus anteriores 22 combates lo ganó por nocaut), debe asimilar tan amarga experiencia. Está muy joven todavía por lo que tiene oportunidad de reivindicarse… ¡y volver a ser campeón mundial!