Boxeo. Manny Pacquiao lució como sus mejores tiempos y masacró (sin piedad) al boxeador argentino Lucas Matthysse.
Con una victoria contundente, a los dos minutos y cuarenta y tres segundos del séptimo asalto, conquistó su décima corona en diez categorías diferentes. El árbitro Kenny Bayless, al ver que Matthysse se veía sin decisión de seguir en acción, al sufrir la tercera caída, detuvo las acciones y decretó el triunfo del filipino por nocaut técnico.
Pacquiao, quien tenía 372 días sin subir al ring, enseñó la madrugada de ayer -en Malasia- que sigue siendo un excelente peleador. Conquistó el cinturón welter de la la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Con su contundente victoria, el veterano púgil filipino logró capturar su corona mundial número diez en ocho divisiones diferentes (desde el cetro mosca hasta el mediano junior).
En todo el trayecto del breve combate, se vio a un solo hombre en el cuadrilátero: Pacquiao, quien mandó a la lona, antes del fatídico final en el séptimo asalto, dos veces a Matthysse. Esas dos caídas que sufrió Matthysse llegaron en los rounds tres y quinto. Pacquiap, con combinaciones rápidas y precisas (ganchos, rectos cortos y jabs), masacró al ahora exmonarca welter argentino.
Matthysse, quien sufrió su quinta derrota (ha ganado 39 peleas con 36 triunfos por nocaut), nunca se vio en positivo durante el pleito, que fue transmitido -en directo para América Latina y la región del Caribe- por el canal SPACE que tiene sus instalaciones en Buenos Aires, capital de Argentina.
El experimentado peleador de las Filipinas, al salir airoso -como lo prometió- mejoró su expediente profesional en 60 victorias con siete fracasos, dos empates y 39 nocauts. Fue una soberbia demostración del veterano Manny Pacquiao, quien ejerció pleno dominio en todos los rounds.