El deporte ruso recibió un duro golpe ayer al ser vetado por cuatro años de todos los torneos internacionales, incluyendo los próximos Juegos Olímpicos.
Todo se debe a un largo escándalo por dopaje, si bien sus atletas aún podrían competir en caso de demostrar que se apegan a las normas antidopaje. El fallo del comité ejecutivo de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) significa que la bandera y el himno nacional de Rusia no podrán ser usados en los Juegos de Tokio 2020 y el país tampoco podría acoger campeonatos mundiales de deportes olímpicos.
Las sanciones representan el castigo más severo que hasta ahora hayan recibido las autoridades rusas que fueron acusadas de alterar la base de datos de un laboratorio de Moscú. La agencia rusa antidopaje puede apelar el fallo ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo en un plazo de 21 días. Los atletas rusos solo podrán competir en torneos importantes si no han dado positivo en pruebas antidopaje o si sus datos no fueron manipulados, según el fallo de la agencia.