Luis Tomás Méndez llegó ayer a la Plaza de la Bandera a las 1:18 de la tarde. Su presencia allí marcaba el final de un largo recorrido por todo el país de 1,350 kilómetros contrarreloj en seis días y 127 horas.Con ese arribo a la meta, Méndez, de 53 años, dejó atrás una “locura” que se había forjado hace varios meses y pudo cumplir a pesar del mal clima que arropa en casi su totalidad la República Dominicana. “Lo peor de todo fue la lluvia”, relató a su llegada Méndez. “A mí me acompañó un 80% de lluvia durante todo el camino. La gente dice que es fresco, pero no, porque te congelas, te calientas, todo eso es bien difícil, pero ante todo Dios me mantuvo fuera de lesiones y ni hablar de los 1,350 kilómetros. Todo eso me dio hasta ganas de llorar”, agregó.
El pedalista partió ayer desde Punta Cana, pasada las siete de la mañana, y arribó a la intersección de las avenidas Luperón y 27 de febrero en medio de una gran cantidad de vehículos que por esa intersección circulaba. Allí fue esperado por una gran cantidad de personas, entre estas el viceministro de Deportes, Soterio Ramírez, y ejecutivos de las diferentes empresas que lo patrocinaban, quienes hicieron entrega de un cheque simbólico de 250 mil pesos por su hazaña. “Es muy difícil lanzarte a hacer un reto en el cual otros ya lo habían hecho en 15 días y otros en 19. Yo hacerlo en 127 horas de las 150 que me había pronosticado es grande. Lo hicimos y hoy estamos aquí con la misión cumplida”, expresó el veterano pedalista.
Méndez inició su recorrido el pasado miércoles desde la Plaza de la Bandera, con una primera etapa que comprendió el tramo Santo Domingo-Pedernales. Comprendió, además, Duvergé, San Juan, Las Matas de Farfán, Pedro Santana, Carretera Internacional, Restauración, Loma de Cabrera, Dajabón, Montecristi, Valverde, Puerto Plata, Sánchez, Samaná, Sabana de la Mar, Miches, Punta Cana, La Romana, San Pedro de Macorís, Boca Chica, Santo Domingo.
Espera estar en las 24 horas de Le Mans
Manifestó que su próxima meta es participar en las 24 horas de Le Mans, a desarrollarse en agosto próximo en Francia, así como la Vuelta a Puerto Rico en febrero de 2018, entre otros certámenes ciclísticos. “Aparte de ser una experiencia maravillosa, fue retadora y cuidadosa por las dudas que en ella habían de sí cumplía o no el reto, pero gracias a Dios que lo hicimos”, apuntó Méndez.